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Foto del escritorLaura Rodríguez

Polonia, una potencia silenciosa

Actualizado: 2 dic 2023

Polonia y las autoridades comunitarias (UE) han protagonizado encontronazos en diversas cuestiones. Además, en la actual invasión rusa de Ucrania, Varsovia juega un papel clave. Sin embargo, desde 1989, Polonia ha experimentado un crecimiento económico sin parangón.


En los últimos años, Polonia y las autoridades comunitarias (UE) han protagonizado encontronazos en diversas cuestiones. Un caso reciente fue en octubre de 2021, cuando la actual Presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, advirtió al gobierno polaco que si mantiene su deriva autoritaria y poniendo en duda la primacía del derecho europeo sobre el nacional, le podrá congelar los fondos europeos post SARS-CoV-2.


La actual invasión rusa en Ucrania calmaron un poco las aguas y, Varsovia (a fecha de hoy, 29 de marzo de 2022) acogió a más de 2,3 millones de personas provenientes de Ucrania en dirección a Polonia, según los datos más recientes de la oficina del ACNUR. En consecuencia, Polonia acoge ahora una de las mayores poblaciones de refugiados del mundo.


No obstante, en el apartado económico, según datos de la OCDE, el PIB de Polonia superó su nivel anterior a la pandemia y se espera que crezca un 5,3% en 2021. Con un ritmo ininterrumpido de alto crecimiento con una media del 4,2% anual entre 1992-2019, Polonia ha protagonizado un constante y silencioso crecimiento económico y peso geopolítico.


En este artículo, se quiere arrojar luz sobre cómo y cuáles son las expectativas económicas de Polonia.


La historia reciente de este estado se remonta tras el fin de la IºGM (1914-1918). Polonia recuperó su independencia en 1918. Este nuevo estado se enfrentó a la tarea de establecer la unidad política y económica tras un siglo y medio de partición. Al mismo tiempo, el 75% de la sociedad polaca vivía en el campo, y había un dominio de las granjas de pequeñas áreas.


Mapa 1: fronteras de Polonia en el período de entreguerras. Fuente: https://www.britannica.com/event/Russo-Polish-War-1919-1920


De 1919 a 1920, Varsovia estuvo en guerra con la Unión Soviética. Durante esta guerra, las autoridades polacas decidieron controlar los precios y la distribución de los bienes de consumo básicos, regular el comercio exterior y ejercer una estrecha supervisión sobre la banca, las finanzas y la industria. El 18 de marzo de 1921, se firmó el Tratado de Riga, donde la mayor parte de Ucrania seguiría siendo una república soviética, aunque partes de Bielorrusia y Ucrania fueron cedidas a Polonia.


Tras esta guerra, en 1923, Polonia vivió un período de hiperinflación y, en abril de 1924, el primer ministro polaco, Władysław Grabski, emprendió una serie de reformas, donde se reorganizó el tesoro instituyendo una nueva moneda polaca (el zloty) y se fundó el Banco Polski, asumiendo el papel de central y banco emisivo y, permitirá estabilizar la economía hasta 1925.


En el verano de 1925, Polonia se enfrentó a una nueva crisis debido al fin de la política de nación más favorecida impuesta a Alemania por el Tratado de Versalles (1919) y el fin del Convenio germano-polaco sobre la Alta Silesia (1922).


En el verano de 1925, Alemania lanzó una "guerra arancelaria" contra Polonia. El Deutsche Bank vendió grandes cantidades de la nueva moneda polaca en los mercados monetarios de Berlín y Viena. En consecuencia, el złoty perdió casi el 50% de su valor original en oro, los precios subieron y el desempleo aumentó, forzando la dimisión de Grabski en noviembre de 1925.


En mayo de 1926, el Jefe de Estado polaco, Józef Piłsudski, dio un golpe de estado exitoso contra el gobierno dirigido por Wincenty Witos.


En este mismo año, se produjo un incremento de las inversiones locales y de la producción estatal y, se empezó a construirse el ferrocarril Silesia-Pomerania, clave para el desarrollo del puerto de Gydnia y, aumentando las exportaciones de carbón hacia otros estados.


Además, Piłsudski quería resucitar una manera actualizada y democrática de la Mancomunidad Polaco-Lituana, para ello veía la federación Intermarium (actualmente conocida como Iniciativa de los Tres Mares (I3M), clave para contrarrestar el imperialismo ruso y alemán.


La Gran Recesión de 1929, golpeó a Polonia con fuerza. Cabría mencionar, que se produjo un retroceso del: 65% en la producción agraria, 61% en la producción de acero y un 13,9% en la industria metalúrgica. La tasa de desempleo superó el 43% y para afrontar esta crisis, el gobierno polaco empleó métodos de deflación: fijación de un tipo de cambio, detención del flujo de divisas, reducción de los fondos de inversión y recortes presupuestarios. Muchas empresas fueron embargadas por las autoridades polacas debido a la incapacidad para pagar los préstamos.


En 1931, se solventó finalmente la disputa arancelaria con Alemania y, en 1936, Eugeniusz Kwiatkowski, introdujo el Plan Cuatrienal. Este programa quería impulsar el desarrollo de la industria armamentística, la industria pesada, la minería, la química, entre otros y, se llevó a cabo en la Región Industrial de Varsovia y en Gdynia. En 1938, Polonia (teniendo en cuenta el PIB per cápita) era más próspero que Portugal, Grecia y España. Sin embargo, en septiembre de 1939, la Alemania nazi invade Polonia, dando inicio a la IIºGM.


Durante la IIºGM, Polonia sufrió enormes pérdidas, tanto humanas como económicas. Según estimaciones de la Oficina de Compensación de Guerra (creada al final de la guerra por las autoridades comunistas), los daños resultantes de la ocupación alemana ascendieron a unos $650,000 millones (aproximadamente el doble del PIB anual de Noruega).



Tras la IIºGM (1939-1945), Polonia se encontró en la esfera de influencia de la Unión Soviética y, en Varsovia el sistema fue menos represivo y estricto en materia económica y social que en otras repúblicas soviéticas.


No obstante, las autoridades soviéticas tuvieron que reconstruir infraestructuras, fábricas y prácticamente ciudades enteras (como en el caso de Varsovia). Además, el sistema socialista introdujo una economía de planificación centralizada, nacionalizó la industria y luchó contra la empresa privada.


Desde la década de 1970, la economía polaca empezó a estancarse, debido a una infraestructura industrial anticuada, subvenciones gubernamentales que enmascaraba una producción ineficiente y salarios artificialmente altos en relación con la productividad. Estos problemas se agravaron durante la década de 1980, el creciente déficit público y la hiperinflación provocaron una crisis económica.


A ello, en esta década, se funda el sindicato Solidaridad y Leszek Balcerowicz, formaría parte de esta organización. Este sindicato ganó popularidad después de los disturbios laborales generalizados de 1981. Estas revueltas produjeron la declaración de la ley marcial por parte del gobierno en diciembre y al arresto y la detención del líder de Solidaridad, Lech Wałęsa. Tras la ley marcial, este sindicato fue declarado ilegal, pero siguió teniendo influencia como organización clandestina.


Imagen 1: foto de una Tienda de carne, Varsovia 1982. Fuente: https://lithub.com/the-lessons-of-my-childhood-in-communist-poland-are-relevant-again/


Antes de 1990, los bienes y servicios del sector privado representaban menos de una cuarta parte del PIB total y se concentraban en gran medida en la agricultura, los servicios y la pequeña industria.


En 1988, se produjeron más disturbios laborales y huelgas nacionales forzando las negociaciones entre las autoridades soviéticas y Solidaridad. Susodichas permitieron legalizar este sindicato y la convocatoria de las primeras elecciones libres de Polonia desde la Segunda Guerra Mundial.


El 4 de junio de 1989, se produce la derrota de los comunistas en las elecciones parlamentarias polacas, siendo el primer país del mundo en abandonar el comunismo, el país experimentó todo un milagro económico. Polonia vivía bajo un escenario de hiperinflación y de escasez que asolaba la economía y las plantas industriales estatales eran cada vez más ineficientes.


Bajo esta situación de un modelo económico caduco y de una profunda crisis macroeconómica, en enero de 1990, el gobierno post-comunista polaco, liderado por Lech Wałęsa, introdujo uno de los programas de reforma económica más radicales y de mayor alcance jamás emprendidos en ningún país durante este siglo; conocido como, el Plan Balcerowicz o terapia de choque.


El plan era detener la crisis financiera y estructural de Polonia y convertir rápidamente el modelo económico comunista en un sistema de libre mercado, reintegrando así a Polonia en la economía mundial.


Por una parte, se permitió que el tipo de cambio del złoty, la divisa de Polonia, se fijara libremente en los mercados internacionales de divisas. En 1995 se introdujo un nuevo złoty devaluado, que equivalía a 10.000 de los antiguos złotys. Por otra parte, uno de los retos más importantes en esta transición económica fue la privatización de las empresas más grandes fue más complicada.


Para solventar esta cuestión, en 1994, se introdujo el Programa de Privatización Masiva. Se crearon 15 fondos nacionales de inversión (NIF) para que sirvieran de sociedades anónimas para más de 500 empresas grandes y medianas que fueron privatizadas. Los polacos podían comprar acciones de estos fondos a un precio nominal. Los NIF, que cotizaban en la Bolsa de Varsovia, incluían una amplia gama de empresa, permitiendo a los ciudadanos tener una participación diversificada en las principales industrias polacas. En 2001, más de 6.800 empresas estatales se privatizaron y el sector privado representaba más del 70% del PIB.


El ejecutivo también logró dos grandes éxitos: el reconocimiento formal de la frontera Oder-Neisse por parte de la Alemania reunificada y, tras la disolución del Pacto de Varsovia en 1991, la evacuación de las tropas soviéticas del país en 1992.


Además, en 1996, Polonia se convirtió en miembro del Consejo de Europa, estableciendo lazos económicos con la Unión Europea (UE) y fue admitido en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. En 1999, Polonia se convirtió en miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, a pesar de la oposición rusa. Varsovia también firmó acuerdos con Ucrania y Lituania y estableció una cooperación regional limitada formando el Grupo de Visegrado, junto a República Checa, Eslovaquia y Hungría.


En el plano económico, más de la mitad de la economía fue privatizada y estaba realizando importantes avances, como la reducción significativa de la tasa de inflación anual y del déficit presupuestario. Además, la tasa de crecimiento anual del producto nacional bruto de Polonia era la más alta de Europa. Cabría mencionar que: la inflación empezó a descender, pasando del 250% en 1990 al 10% en 2000. La producción y el PIB también registraron un giro espectacular, con un crecimiento medio anual del PIB de alrededor del 4% entre 1990 y 2000. El desempleo, que había sido alto a principios de la década, se situó cerca del 10% enderezó a finales de los 90.

Gráfico 1: evolución del PIB per cápita (1991-2020) en Polonia y Corea del Sur. Fuente: https://twitter.com/juanrallo


En sólo 15 años las exportaciones han pasado del 34% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2004 al 55% en 2018. Además, un elemento poco mencionado que explica el éxito de Polonia es aún representando a partidos bastante diferentes, la alta calidad de las élites políticas, especialmente los ministros de finanzas y los banqueros centrales y, los funcionarios polacos sabían exactamente hacia dónde tenían que ir.


Otro aspecto clave que explica este crecimiento económico es la educación.


En 1999, se implementó una reforma educativa. Varsovia implantó un currículo escolar más riguroso, pero con menos temas a tratar; las escuelas tuvieron más autonomía para elegir los libros de texto entre cientos de opciones preaprobadas para la enseñanza y los contenidos" y, se promovió que los docentes dejaran de trabajar a un nivel inferior y empezaran a formarse mejor, lo que les permitió alcanzar un rendimiento óptimo en la educación de las futuras generaciones. Este cambio se plasma en la evolución en el informe PISA. Los escolares polacos son los terceros mejores de Europa en matemáticas y ciencias, y los cuartos en comprensión lectora, según la última clasificación internacional PISA de 2019.


En 2003, Polonia vivió una la desaceleración de económica acelerada por la crisis económica mundial y, en junio de 2003, votó en referéndum si quería formar parte de la UE.


Mapa 3: resultados del referéndum de 2003 en Polonia para su acceso a la UE o no. Fuente: https://www.electoralgeography.com/new/en/countries/p/poland/poland-european-union-referendum-2003.html


Desde 2004, se convertiría en otros estado miembro de la UE sin todavía acotar el euro. No obstante, la economía polaca se recuperó rápidamente y siguió creciendo incluso durante la crisis financiera mundial de 2008-09. Varsovia fue el único país europeo cuya economía no entró en recesión.


Esta excepcionalidad se debe a una serie de factores. Ente ellos destaca el: estímulo fiscal y monetario, una gran depreciación de la moneda y una economía interna relativamente grande, que limitó la exposición del país a la caída del comercio internacional. Además, el crecimiento se vio respaldado por las crecientes entradas de fondos de la Unión Europea. Cabría mencionar que, Polonia ha sido el mayor beneficiario de los fondos de la UE de 2007 a 2013 y de 2014 a 2020, con 102.000 y 106.000 millones de euros de fondos recibidos y por recibir, respectivamente, en cada período.


Otro aspecto destacado fue una estructura de exportación diversificada y una confianza sostenida entre los consumidores y empresarios polacos. Junto a ello, en Polonia también el sector bancario estaba saneado y los bancos polacos se mantuvieron rentables, líquidos y bien capitalizados durante la crisis, sin necesitar ayuda pública.


La Iniciativa de los 3 Mares (I3M), se formó en 2010 con el objetivo de desarrollar y reforzar la cooperación en materia de defensa entre los países miembros. Actúa como un foro entre doce países europeos para reforzar el comercio, la energía, las infraestructuras y la cooperación política. Este bloque está formado por: Polonia, Croacia, República Checa, Hungría, Rumanía, Eslovaquia, Bulgaria, Estonia, Lituania, Austria, Letonia y Eslovenia.


En 2018, el nivel medio de ingresos en Polonia superó los dos tercios del nivel medio de la zona euro. En términos de poder adquisitivo, el PIB per cápita de Polonia creció aún más rápido, asando de 10.300 dólares en 1990 a más de 28.000 dólares en 2018 (en dólares constantes de 2011).


Sin embargo, en 2020, Polonia vivió su primera recesión económica causada por el SARS-CoV-2. El PIB de Polonia se contrajo en un 3,5%, bastante menos que la media del 5,5% de la OCDE. Las cifras oficiales de desempleo polacas apenas se han movido, y son las más bajas de la UE según las últimas cifras de Eurostat.


El primer caso de Covid-19 apareció en Polonia relativamente tarde. Durante la primera ola de primavera de 2020 de la pandemia, Varsovia evitó los peores estragos sanitarios y permitió evitar un fuerte golpe en su economía. Esta política de restricciones tempranas y estrictas evitó el doloroso equilibrio entre salud y economía.


Junto a ello, la composición de la economía polaca también la hace más resistente a las medidas de cierre. En 2019, el 27% de los trabajadores estaban empleados en los sectores que más tarde se vieron directamente afectados por el cierre. También hay que incluir que, Polonia es el único gran país de la UE que tiene una proporción creciente de manufacturas tanto en el empleo como en la producción. Esto mantuvo una mayor parte de la economía en funcionamiento cuando el sector de los servicios tuvo que cerrarse.


Según datos del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) prevé un crecimiento del 3% en 2021, lo que convertiría a Polonia en uno de los pocos estados de la UE que alcanzaría su nivel anterior a la crisis a finales de 2021.


Desde finales de 2021, la UE vive una crisis energética debido al aumento de los precios del gas. En consecuencia, en enero de 2022, el ejecutivo polaco anunció la introducción de nuevas ayudas financieras para las instituciones públicas afectadas por la subida de los precios del gas, mientras el país lucha con su mayor inflación en años, actualmente del 8,6%.


Junto a ello, en 2014, la guerra en Ucrania conlleva a un aumento del número de refugiados ucranianos en suelo polaco y, la actual invasión rusa de Ucrania en 2022 (a fecha de 2 de abril de 2022), más de 2.362.044 de ucranianos se desplazaron a Polonia.


El Primer Ministro, Mateusz Morawiecki, anunció el miércoles 30 de marzo de 2022, medidas para poner fin a todas las importaciones de petróleo ruso para finales de 2022. Se prohibirán las importaciones de carbón ruso (el 20% del total proceden de Moscú) y espera que las importaciones de carbón terminen en mayo.


Además, Varsovia también da pasos para reducir la dependencia del gas ruso. En Swinoujscie se construyó una terminal de gas licuado que se está ampliando y que recibe suministros de Qatar, Estados Unidos, Noruega y otros exportadores. A finales de este año 2022, se inaugurará un nuevo gasoducto en el Báltico que traerá gas desde Noruega.


Junto a ello, hay un mayor recelo en Polonia ante las amenazas que se ciernen sobre ellos en el marco de la crisis entre Rusia y Ucrania. Más allá de la posibilidad de que se produzcan oleadas de desinformación, ciberataques y más del tipo de guerra híbrida a la que Polonia se enfrentó desde Bielorrusia el año pasado, las fuerzas rusas estacionadas a tan solo 124 millas de Varsovia en Bielorrusia también han puesto en jaque a Polonia.


A ello en los últimos años, las tensiones entre Bruselas y Varsovia han ido en incremento y, al igual que en otros estados de la UE, Polonia se enfrenta una crisis demográfica. Según una previsión de EUROPOP2019 de Eurostat, muestran que dentro de tres décadas la población de Polonia se reducirá en casi 3,9 millones de personas, más del 10%.


Pese a todos estos retos, hay que remarcar que, Polonia ha sido una de las economías más resistentes y de mayor crecimiento de Europa en las últimas décadas, es descrita habitualmente como una historia de éxito envidiada por muchos de sus vecinos. A ello, fue la única economía europea que no se contrajo en 2009. Aunque en 2020 registró su primera recesión en tres décadas, el país parece haber conseguido mitigar mejor que la mayoría las turbulencias económicas causadas por la pandemia. La actual invasión rusa en Ucrania, traerá cambios significativos en el apartado económico y geopolítico, donde Polonia será un actor clave.


Bibliografía recomendada:

  1. Piatkowski, M., 2019. Poland Is Europe’s Growth Champion. Can This Continue? - The Globalist. The Globalist. Disponible en: https://www.theglobalist.com/poland-economy-gdp-european-union/

  2. Investopedia. 2022. 4 Economic Challenges Facing Poland in 2020. Disponible en: https://www.investopedia.com/articles/investing/011416/3-economic-challenges-poland-faces-2016.asp

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