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Foto del escritorLaura Rodríguez

El Mar de China Meridional, un lugar clave

Actualizado: 8 nov 2022

El mar ha jugado un papel fundamental a lo largo de la historia. Las expansiones de las grandes potencias mundiales se fundamentaron en la expansión marítima, la búsqueda de nuevos recursos, el establecimiento de zonas de influencia y las ganancias económicas, políticas y militares. Desde finales del siglo XX y principios del XXI, el área del Pacífico ha vuelto a recobrar su peso y desplazando los ejes de comercio, energía y poder.


El Mar de China Meridional es la región donde se concentra el mayor crecimiento económico, militar y político en los asuntos internacionales. Esta región del mundo abarca 3,500 000 km2, conectado con el Océano Índico a través del estrecho de Malaca, Lombok y Sunda. De estos estrechos, el de Malaca es vital para el transporte de mercancías desde África y Oriente Medio hasta China, Japón, Taiwán y Corea ya que, más de la mitad del tonelaje mercantil del mundo pasa por esta región.


En este mar hay más de 200 islas, islotes, rocas, arrecifes, donde la gran mayoría está situado en los archipiélagos de las Islas Spratly y las Islas Paracelso. Estas islas e islotes en su mayoría están deshabitadas, pero son la clave para obtener mayor influencia en la región, y para el aumento de las respectivas zonas económicas exclusivas, que permitiría a estos países la libre extracción de los recursos que supuestamente se encuentran en el suelo y subsuelo marino, donde China y EE.UU. se pugnan el control de esta región vital. En este artículo se quiere arrojar luz sobre esta cuestión tan delicada y, al mismo tiempo, clave.


Antes de tratar la cuestión histórica, es importante subrayar varios datos importantes. El Mar de China Meridional es un cuerpo de agua poco profundo que limita con Filipinas, Taiwán, Malasia, Singapur, Indonesia, Tailandia, Brunéi, Camboya y Vietnam. Al noreste se halla el estrecho de Taiwán, al este la Península de Malaca y al sur se encuentra Borneo.


Este gran cuerpo de agua de cuenca central con forma elíptica contiene más de 250 islas pequeñas, atolones, bancos, arrecifes y cayos. Sus islas no están habitadas, pero durante los últimos años, se han construido bases militares. En este mar hay 4 grandes grupos de islas son los más importantes: Islas Spratly, Islas Macclesfield, Islas Paracelso e Islas Pratas.


Mapa 1: Reinvidicaciones chinas y descripción del Mar de China Meridional. Fuente: http://jomros.blogspot.com/2017/04/conflictos-en-el-mar-de-china-meridional.html


Además, este mar es muy rico en recursos naturales. Tiene reservas de gas natural que puede llegar a constituir los mayor de recurso de hidrocarburos de toda la región y abundantes recursos pesqueros de primera magnitud, esenciales para la alimentación en Asia. En adición, sus aguas son una ruta marítima importante que ha sido navegada desde hace muchos siglos atrás.


A lo largo de la primera mitad del siglo XX, este mar permaneció lejos de los focos mientras que los estados vecinos y ribereños centraron su atención en conflictos que se desarrollaron en otros lugares.


Al final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Japón renunció a estos dos grandes archipiélagos y, ningún estado ocupó una sola isla en todo el Mar de China Meridional.


En 1946, China empezó a establecerse en algunos puntos de las islas Spratly y, al año siguiente, se hizo con el control de la isla Woody, que forma parte de las islas Paracelso, dos semanas antes de que Francia y, posteriormente, Vietnam desembarcaran en estas islas. Esto conllevó a que París y, luego Hanói se centraran en las islas Pattle.


Durante este tiempo, el Mar de la China Meridional no fue prioritario por ninguno de los reclamantes. Por eso, tras sufrir su catastrófica derrota a manos de los comunistas de Mao, las fuerzas de Chiang Kai-shek se retiraron a Taiwán y abandonaron sus puestos en el Mar de la China Meridional y, ni Francia, ni Vietnam aprovecharon la oportunidad.


Las tornas cambiarían a partir de la década de 1950. En 1955 y 1956, China y Taiwán establecieron presencias permanentes en varias islas, mientras que Filipinas reclamó como suya una gran parte de la cadena de las islas Spratly.


A principios de la década de 1970, la pugna iría aumentando por los indicios de yacimientos de petróleo bajo las aguas del Mar de China Meridional.


Filipinas fue la primera en actuar y China realizó una cautelosa y coordinada invasión de varias islas. En la Batalla de las Islas Paracelso (1974), Pekín arrebató varias de ellas al control de Vietnam del Sur, matando a varias docenas de vietnamitas y hundiendo una corbeta en el proceso. En respuesta, tanto Vietnam del Sur como del Norte reforzaron las guarniciones que les quedaban y se apoderaron de otros elementos no ocupados.


En 1982, se firmó y algunos estados han ratificado La Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), En este documento se concede a los países soberanía sobre las aguas que están no más allá de 200 millas de sus costas. El resto se consideran aguas internacionales, donde los barcos pueden navegar libremente.


Tras la Batalla de las Islas Paracelso, las aguas volverían a su cauce, con incidentes en 1988 y 1995. A finales de la década de 1980, Pekín se adentró en las islas Spratly y, tomó por la fuerza el Arrecife Johnson, matando a varias docenas de marineros vietnamitas en el proceso. En 1995, Pekín decidió construir búnkeres sobre el Arrecife Mischief a raíz de una concesión petrolera filipina.


En 2002, esta tensión conllevaría a la firma de la Declaración sobre la Conducta de las Partes en el Mar de China Meridional entre los estados miembros de la ASEAN y la República Popular de China.


En esta declaración se querría establecer un marco para la eventual negociación de un Código de Conductua para el Mar de China Meridional. Las partes implicadas acordaron: "ejercer la autocontención en la realización de actividades que pudieran complicar o intensificar las disputas y afectar a la paz y la estabilidad, incluyendo, entre otras, abstenerse de realizar acciones de habitabilidad en las islas, arrecifes, bajíos, cayos y otras características actualmente deshabitadas, y a tratar sus diferencias de forma constructiva".


Durante años, esta declaración dirimió las tensiones hasta 2009. En mayo de 2009, Malasia y Vietnam enviaron una presentación conjunta a la Comisión de Límites de la Plataforma Continental en la que exponían algunas de sus reclamaciones.


El resto de los actores no dudaron en responder a esta carta y, concretamente, Pekín respondió a esta declaración presentando un mapa con "la línea de las nueve rayas".



Esta línea serpentea alrededor de los bordes del Mar de China Meridional y abarca todas las características territoriales del Mar, así como la gran mayoría de sus aguas. Pekín ha mantenido la "ambigüedad estratégica" y sólo ha dicho que "China tiene una soberanía indiscutible sobre las islas del Mar de China Meridional y las aguas adyacentes, y goza de derechos soberanos y jurisdicción sobre las aguas pertinentes, así como sobre el lecho marino y el subsuelo de las mismas.


La región cada vez está más preocupada por los intereses y acciones de China en el Mar de China Meridional. En consecuencia otros actores también han fijado y movido sus cartas en esta región del mundo.


Durante 2010, China y Japón, mantuvieron una disputa territorial. En consecuencia, Pekín prohibió el suministro de tierras raras, necesarias para la industria electrónica japonesa, al país nipón.


Las tensiones se dirimieron, pero se envió la señal que Pekín podría bloquear el comercio japonés, que tendría que ser desviado a otro lugar con un coste considerable. De hecho, el control del Mar de China Meridional permitiría a China interferir en el comercio japonés y surcoreano que se realiza a través de la zona. Por ende, EE.UU. mostraría un mayor interés en la región.


En 2010, durante una reunión sobre seguridad en Asia, la ex-secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton declaró que la resolución pacífica de las disputas territoriales sobre el Mar de China Meridional es de "interés nacional" para los Estados Unidos.


Clinton dijo a los participantes en la reunión que Estados Unidos tenía "un interés nacional en la libertad de navegación, el acceso abierto a los bienes comunes marítimos de Asia y el respeto del derecho internacional en el Mar de China Meridional".


Un año después, la Administración Obama garantizó que la presencia y las misiones en el escenario de Asia-Pacífico se convertirían en una de sus prioridades fundamentales y que el gasto dedicado a este escenario no se vería afectado por ningún recorte.


Desde el año 2012, el Partido Comunista Chino incluyó a los archipiélagos entre sus "intereses nacionales básicos” aumentando el dragado del mar, el envió de tropas y desarrollando un proyecto para construir un aeropuerto.


Mapa 3: los proyectos de construcción de islas de China. Fuente: https://warnewsupdates.blogspot.com/2015/05/more-signs-that-chinas-artificial.html


En este mismo año, Pekín arrebató a Filipinas el banco de Scarborough. Los dos Estados se habían enfrentado por acusaciones de pesca ilegal por parte de pescadores chinos. Tras dos meses de enfrentamiento, las partes acordaron retirarse cada una de ellas de Scarborough Shoal. Manila lo hizo, pero Pekín no.


En respuesta, en 2013, Manila presentó un recurso legal ante la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, Vietnam respaldó este recurso presentado por Manila.


Filipinas centró sus reclamaciones en cuestiones de derecho marítimo y, Pekín argumentó que no pueden resolverse sin decidir primero las cuestiones territoriales. Por este motivo, Pekín se ha negado en gran medida a participar en el proceso.


En mayo de 2014, Pekín intentó dar otro paso más allá. Una empresa petrolera estatal china trasladó una de sus plataformas a aguas reclamadas por Vietnam al sur de las islas Paracel. Esta provocación provocó enfrentamientos entre buques vietnamitas y chinos en torno a la plataforma, así como disturbios contra empresas de propiedad extranjera en algunas partes de Vietnam. Ante esta reacción, China retiró la plataforma a mediados de julio de 2014.


Al año siguiente, Pekín aceleró la campaña de recuperación de tierras en el Mar de China Meridional. En al menos siete lugares, los buques chinos han vertido toneladas de arena para ampliar el tamaño de las zonas ocupadas por China. Pekín también ha iniciado la construcción de infraestructuras en gran parte de estos terrenos recuperados, incluida una pista de aterrizaje capaz de recibir aviones militares.


En respuesta, en octubre de 2015, Washington respondió a las acciones de Pekín lanzando patrullas navales de "libertad de navegación" en el Mar de China Meridiona, enviando la señal que EE.UU. no sería expulsado de la región.


En 2016, un tribunal arbitral de La Haya emitió la sentencia sobre el caso República de Filipinas vs. República Popular de China. En la sentencia, el tribunal defendió los derechos de los demandantes de la ASEAN sobre su Zona Económica Especial, aclarando que la reclamación china no tenía base legal.


Pekín ignoró la legalidad en esta disputa y con el paso del tiempo, el poder militar ha cobrado mayor peso para respaldar las reclamaciones marítimas de la República Popular de China.


Otro actor que no perdió de vista este litigio fue Taiwán. La República de China (conocida popularmente como Taiwán) comparte muchas de sus reclamaciones con la República Popular de China, debido al transcurso de la Guerra Civil China.


Taiwán no es miembro de las Naciones Unidas, tampoco es parte de la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) y, Taipéi envió una solicitud para enviar una delegación de observadores a las audiencias fue denegada.


En este caso, el tribunal de La Haya abordó la cuestión del estatus de Itu Aba, conocida como isla de Taiping en Taiwán. Esta isla es el mayor accidente natural del grupo de las Spratlys, ocupada por Taiwán y alberga una guarnición militar, un hospital y una granja.


El tribunal de La Haya consideró que Itu Aba junto con el resto de las Spratly no es una isla, ya que no puede sostener una comunidad humana sin ayuda externa. El Ministerio de Asuntos Exteriores de la República de China emitió su propia declaración, calificando el fallo de "completamente inaceptable para el gobierno de la República de China".


En 2016, el presidente filipino Rodrigo Duterte, se hizo con las riendas de Filipinas y trajo como novedad un cambio drástico en la relación anteriormente conflictiva con China. Ambos países comenzaron un dialogo que podría dejar de lado, provisionalmente, el fallo del tribunal provisional para encarar en forma conjunta la explotación de gas y petróleo, pero las tensiones han ensombrecido este acercamiento diplomático.


Además, en mayo de 2016, el ex-presidente de los EE.UU., Barack Obama visitó Vietnam. Durante esta visita, Obama anunció el fin del embargo de armas de Washington contra Hanói. La apertura de Obama al país, continuó bajo los presidentes Donald Trump y Joe Biden.


Vietnam ha invitado a Estados Unidos a anclar anualmente múltiples portaaviones en puertos vietnamitas, ha participado en ejercicios militares conjuntos, ha invitado a funcionarios de alto nivel al país (incluida la visita de un secretario de Defensa estadounidense cada año desde 2018) y ha comprado equipos militares por valor de millones de dólares.


En 2018 nuevamente hubo conflicto entre Vietnam y China, aunque en esta ocasión no llegaron a utilizar la fuerza militar. De todos modos, Vietnam debió retroceder una vez más, y abandonó los proyectos que había comenzado a desarrollar la empresa nacional PetroVietnam en asociación con la española REPSOL.


No obstante, en 2018, la situación se volvió a calmar cuando, la República Popular de China y los estados miembros de la ASEAN acordaron un Proyecto Único de Texto de Negociación, que servirá de base para la adopción de un Código de Conducta en el Mar de China Meridional.


Este documento se centra en la prevención, gestión y resolución de disputas en el Mar de China Meridional entre las partes. Sin embargo, el SDNT no contiene ninguna referencia específica a los mecanismos de disputa vinculantes incluidos en el Anexo VII (centrada en arbitraje) de la UNCLOS.


Es importante remarcar que, todas las partes acordaron que cualquier incidente no resuelto podrá remitirse a un mecanismo internacional de resolución de conflictos adecuado, con el consentimiento de las Partes implicadas. Las partes en este documento pueden añadir o restar algo al proyecto de texto e incluir la posibilidad de incluir directrices y protocolos en un anexo. Además, es un documento en curso que está previsto que pase por al menos tres lecturas para crear un Código de Conducta definitivo en el Mar de China Meridional.


Esta tensa calma duraría poco. A finales de 2019, durante seis meses, China, Malasia y Vietnam tuvieron un enfrentamiento a tres bandas. La empresa estatal malaya, Petronas, exploró dos yacimientos de petróleo y gas (ND1 y ND2), reclamada tanto por Malasia, Vietnam y la República Popular de China. China ha respondido con una campaña de intimidación que recuerda a sus operaciones contra los trabajos petroleros y gasísticos de Malasia y Vietnam el año pasado. Esas operaciones se han extendido para incluir el acoso a otros trabajos malayos de petróleo y gas más cercanos a la costa.


A finales de 2020, el Diálogo Cuadrilateral de Seguridad, o Quad, una agrupación liderada por Estados Unidos que también incluye a Australia, India y Japón, invitó a Vietnam a unirse a las conversaciones. Según Yun Sun, asociado principal del Programa de Asia Oriental en el Centro Stimson de Washington, este movimiento dará a Vietnam una sólida 'coalición' regional con la que trabajar sobre China" y "para un Vietnam que lleva siglos resistiendo solo a China, tener esos socios sólidos mejorará la influencia y la posición de Vietnam".


Además, en 2021, el jefe de defensa filipino exigió el domingo que más de 200 barcos chinos que, según él, están tripulados por milicianos, abandonen un arrecife del Mar de China Meridional reclamado por Manila. El 7 de marzo se vieron unos 220 barcos chinos amarrados en el arrecife de Whitsun, que Pekín también reclama.


El Mar de China Meridional es una zona de preocupación para la comunidad internacional debido a su importancia estratégica y geopolítica. Quizá ningún otro asunto haya generado tal grado de tensión regional y reavivado la rivalidad entre grandes potencias como lo ha hecho este codiciado mar. Las tensiones y los retos van en aumento, ya que, los Estados reclamantes han reforzado su control y jurisdicción sobre las características y aguas en disputa dentro del Mar de China Meridional.


En el largo plazo, el mantenimiento de la paz y la estabilidad requiere el esfuerzo colectivo de las potencias regionales, y cualquier pequeño error o mal cálculo podría tensiones la región todavía más y producir consecuencias y problemas más allá de la región de Asia-Pacífico.


Bibliografía recomendada:

  1. A. Mirski, S., 2015. The South China Sea Dispute: A Brief History. [online] Lawfare. Available at: https://www.lawfareblog.com/south-china-sea-dispute-brief-history

  2. Congressional Research Services. 2017. South China Sea Disputes: Background and U.S. Policy. [online] Available at: https://crsreports.congress.gov/product/pdf/IF/IF10607/2




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