top of page
Foto del escritorLaura Rodríguez

China en Asia Central, ¿un cambio regional?

Actualizado: 2 dic 2023

En 2013, el actual presidente de la República Popular de China, Xi Jinping, desveló el nuevo proyecto, "Un cinturón, una ruta". Junto a ello, Pekín ha ganado peso regional en varios ámbitos.

En 2021 fuimos testigos de la vuelta al poder por segunda vez del régimen Talibán en Afganistán. Esta crisis mostró la importancia geoestratégica de Asia Central para varias potencias. Cabría mencionar que, Moscú y algunas ex repúblicas soviéticas en Asia Central: Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán realizaron maniobras militares en la frontera tayiko-afgana.


No obstante, Rusia no es el único actor interesado en Asia Central. La República Popular de China ha seguido muy de cerca todo lo que acontece en esta región del mundo. La región autónoma de Xinjiang, comparte 2.800 km de fronteras con Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán.


El interés de Pekín por esta región, no sólo se limita al ámbito militar. En las últimas décadas, Pekín ha vuelto al tablero de las superpotencias experimentando un rápido crecimiento económico desde 1979, donde los Estados de Asia Central juegan un papel clave.


Los vínculos recientes entre Pekín y Asia Central datan de finales del siglo XX. China fue el segundo país en reconocer la independencia de los estados de Asia Central a principios de enero de 1992, después de Estados Unidos. No obstante, en un principio, debido a la inestabilidad y la incertidumbre en estos estados durante la década de 1990, Pekín actuó con cautela. Esta cautela se materializó en fomentar el desarrollo económico interno chino y una importante campaña diplomática para mejorar los lazos con sus vecinos y atraer inversiones.


A partir de 1996, el grupo de los Cinco de Shanghái (China, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán) celebrarían una cumbre donde se acordó retirar las fuerzas militares de la antigua frontera chino-soviética y establecieron un mecanismo para resolver cualquier problema fronterizo. En 2001, los Cinco de Shanghái se renombra en la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) con la incorporación de Uzbekistán (y que desde entonces ha acogido a India y Pakistán como miembros).


Durante el primer decenio del siglo XXI, los sucesivos gobiernos en Pekín han logrado fortalecer los lazos con los Estados de Asia Central, a través de 4 períodos. No obstante, la percepción estadounidense sobre China, como competidor hizo que, Pekín diera mayor importancia de profundización de los lazos en toda Eurasia.


El punto de inflexión fue la crisis financiera de 2008. Pekín logró capear esta crisis mejor que la mayoría de los países, pero se presentaron problemas de exceso de capacidad en muchas de sus industrias y necesitaba acceder a nuevos mercados. Con ello, en 2010, China superaría a Japón como la segunda economía mundial y muchos países se abrieron a Pekín para lograr inversiones e impulsar sus economías.


En 2012, Wang Jisi, un influyente académico de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad de Pekín, desarrolló una estrategia llamada "Marcha hacia el Oeste" para dar un impulso económico y diplomático para ganar influencia en Eurasia. Las ideas de este plan serían la base para el Proyecto de la Franja y Ruta de la Seda, que el actual presidente Xi Jinping presentaría en Kazajistán en 2013.

Gráfico 1: “El papel de China como socio comercial más importante de Asia Central”. Fuente: https://www.china-briefing.com/news/china-and-central-asia-bilateral-trade-relationships-and-future-outlook/


La actual estrategia de China va a acorde a su manera de concebir las relaciones internacionales. Su estrategia se centra en dos partes para lograr que los Estados de Asia Central orbiten en torno a sus intereses. Asia Central se ha enfrentado a una efectiva transición económica hacia una economía de mercado tras la disolución de la URSS, la falta de inversiones en infraestructuras entre estos Estados y hacia el mundo exterior. Asimismo, la mayoría de estos nuevos Estados han sido regímenes autoritarios corruptos, que querían reducir su dependencia de la Federación Rusa.


Mapa 1: Rutas terrestres y marítimas del proyecto del BRI. Fuente: https://www.asiasentinel.com/p/china-bri-countries-confront-covid


En primer lugar, China ha dado prioridad a las infraestructuras. A través de la segunda fase (2011-2030) de “la Estrategia de Desarrollo del Gran Oeste” y la gira del actual presidente chino, Xi Jinping en Kazajistán en 2013, donde se desveló por primera vez el proyecto de “Un cinturón, una ruta” (BRI por sus siglas en inglés).


En junio de 2016, el presidente Xi Jinping y el entonces presidente uzbeko Islam Karimov, inauguraron un nuevo enlace ferroviario de 1.600 millones de dólares entre el valle de Ferghana y Tashkent, que incluye el túnel de Qamchiq, de 19,2 km, el más largo de la región, construido por el China Railway Tunnel Group.


En mayo de 2017, las compañías chinas COSCO Shipping Corporation y Jiangsu Lianyungang Port Co compraron la empresa nacional kazaja de ferrocarriles, con una participación combinada del 49% en el puerto seco del lado kazajo de la frontera. Este último proyecto ha permitido que los costos por contenedor se redujeran y los procedimientos aduaneros en la frontera kazaja se han vuelto más rápidos.


Por otra parte, Pekín se centra en fortalecer los lazos comerciales. En primer lugar, las empresas y el gobierno chino centraron sus proyectos industriales sin contar con la población local. Según el Barómetro de Asia Central, con sede en Bishkek realizó una encuesta donde se pregunta qué piensan los encuestados sobre China. Tanto en Kazajistán, Kirguistán y Uzbekistán el porcentaje de apoyo descendió durante los últimos años.


Un ejemplo de esta mayor antipatía, es en Kirguistán. La Full Gold Mining Company, una empresa local fundada por una empresa estatal china llamada Lingbao Gold. Un empleado actual de la empresa afirmó: "En mi opinión, Full Gold Mining no aporta ningún beneficio a la comunidad, excepto el de proporcionar puestos de trabajo a la población local".


Debido a esta mayor antipatía local, el gobierno chino está siguiendo su ejemplo. Está desarrollando acuerdos de cooperación más formales en materia de industrialización y mejora de las calificaciones, además de los acuerdos ad hoc preexistentes de las empresas individuales.


En una reunión celebrada en mayo de 2021, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, declaró a sus cinco homólogos de Asia Central que el gobierno chino creará un centro de formación profesional en cada país, denominado "taller Luban" (llamado así por un legendario artesano chino), en los próximos tres años. En general, los programas de formación de las empresas chinas son una respuesta a la demanda inmediata de trabajadores técnicos cualificados en los proyectos chinos en Asia Central. Estos programas tienen bastante éxito en la creación de una mano de obra cualificada en tareas específicas. Las principales vías para este perfeccionamiento han sido la formación en el puesto de trabajo y el aprendizaje, la formación de los empleados en China o una combinación de ambas.


El resto de los actores en Asia Central también están realizando inversiones en diversos ámbitos, como el: comercio, las materias primas, entre otros. Pekín posee una ventaja con respecto a otros competidores como Rusia. Este as en la manga reside en una línea política pragmática en sus relaciones internacionales, basada en: la no injerencia en los asuntos internos de otras partes, el fomento de una cooperación económica ventajosa y la mejora de su propia reputación. Pekín nunca ha puesto condiciones en la cooperación y las inversiones, como el respeto de los derechos humanos u otras concesiones políticas. Esta línea ha sido recibida con satisfacción por los dirigentes políticos de Asia Central.


Pekín depende en gran medida de las importaciones de hidrocarburos para mantener su crecimiento económico. Aparte de su principal proveedor y socio, Moscú, otros socios clave se encuentran en Oriente Medio o África. Esto hace que más del 70% de las exportaciones de crudo y gas natural licuado se realizan a través del Estrecho de Malaca. Para ello, China considera Kazajistán y Turkmenistán como una solución a este problema y en cualquier momento puede mantener el suministro de crudo y gas natural por vía terrestre.

Mapa 2: “La búsqueda mundial de la seguridad energética de China”. Fuente: https://www.allchinareview.com/wp-content/uploads/2014/06/map1a.jpg


China apoya a los Estados de Asia Central en la lucha contra el terrorismo y los movimientos fundamentalistas. Para lograr este objetivo se crearon las bases para el establecimiento y funcionamiento del gasoducto Turkmenistán-Kazajistán-Uzbekistán-China y del oleoducto Kazajistán-China (Atasu-Alashankou), que conectan la región del Turquestán Oriental y los países de la región.


El gasoducto China-Asia Central que va de Turkmenistán a China se inauguró el 14 de diciembre de 2009 en Turkmenistán con la asistencia de los presidentes de Turkmenistán, Uzbekistán, Kazajistán y China. A fecha de hoy, alrededor del 90% de las exportaciones de gas natural turcomanas se dirigen hacia Pekín. Por ejemplo, en 2019, Turkmenistán vendió a Pekín algo más de 30.000 millones de metros cúbicos (bcm) de gas natural, y Uzbekistán y Kazajistán vendieron 10 bcm cada uno.


Pekín ha logrado controlar aproximadamente el 20% de la producción de petróleo de Kazajistán. La Compañía Nacional de Petróleo y Gas de Kazajistán, KazMunayGaz, y la Compañía Nacional de Petróleo y Gas de China, CNPC, acordaron la construcción de un gasoducto entre la ciudad china de Beyneu y la ciudad kazaja de Chimkent. Este gas natural extraído en el oeste de Kazajistán se transferirá a China.


A su vez, Pekín construyó uno de los oleoductos más largos del mundo, que recorre 2.300 km desde el mar Caspio hasta la provincia de Xinjiang. La Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) posee una importante participación en el yacimiento petrolífero de Kashagan, en el mar Caspio, mientras que las empresas chinas son propietarias de varios yacimientos clave en torno a la ciudad occidental de Aktobe.


Estas inversiones no sólo se concentran en el petróleo y gas natural. Otro recurso clave ha sido el agua. Mientras que, Moscú ha hecho e incumplido muchas promesas de financiar grandes proyectos hidroeléctricos en Asia Central, por ejemplo en Kirguistán o en Tayikistán; Pekín invirtió en ayudar a desarrollar el potencial hidroeléctrico en la región.


Cabría mencionar que, en 2012, la China International Water & Electric Corporation (CWE) completó la central hidroeléctrica de Moynak, en Kazajistán, situada entre Almaty y la frontera china. Otro ejemplo, fue a finales de 2018, con la finalización de un proyecto en el en el río Irtysh, en el noreste de Kazajistán, por el que Nur-Sultan pagó 23 millones de dólares. Estos proyectos han permitido que Kazajistán se convierta en un exportador de energía.


En Tayikistán, la empresa estatal Sinohydro firmó un acuerdo con el presidente tayiko, Emomali Rahmon, para construir dos presas en el Zarafshan como parte de un paquete de inversiones de 1.000 millones de dólares conseguido durante una visita a Pekín.


En Uzbekistán, la compañía china, Dongfang Electric Corporation completó la construcción en 2019 de una nueva central hidroeléctrica de 15,8 millones de dólares y 11,4 MW en el embalse de Tuyabugiz, al sur de Tashkent, con una financiación de 8,1 millones de dólares del banco Exim de China.


Pekín supervisa la cooperación entre Tayikistán y Uzbekistán en el proyecto Zarafshan, de $550 millones. Este proyecto permitirá a China convertirse en el árbitro entre ambos países en el patio trasero de Rusia.


En Tayikistán, la producción de oro nacional aumentó de 2,4 toneladas en 2012 a 8,1 toneladas en 2019, cuando una empresa conjunta chino-tayika supuestamente representó más del 70% de la producción. Del mismo modo, en 2013 Tayikistán apenas producía 30.000 toneladas de cemento e importaba unos 3 millones de toneladas. En 2018, el país produjo 3,8 millones de toneladas y exportó 1,4 millones. Casi todo fue fabricado por empresas chinas. Asimismo, ciertos inversores chinos han anunciado en los últimos años planes para modernizar la fundición de aluminio de Talco, el mayor activo industrial del país.


Los yacimientos de oro de las minas de Alto Kumarg y Duoba Oriental, en Tayikistán han sido cedidos a la empresa china TBEA para su explotación como compensación por sus gastos en la construcción de la central eléctrica Dushanbe-2 . Más del 80% del oro de Tayikistán se extrae en empresas conjuntas con China. En Tayikistán, hay unas 40 minas de oro con depósitos estimados en 400 toneladas.


En Kazajistán, las empresas chinas han invertido en una nueva planta de cemento chino-kazajo con una producción diaria prevista de 2.500 toneladas de cemento , la planta de vidrio de Orda y una nueva fábrica de autobuses de Yutong en construcción en la región de Karaganda. La industria manufacturera es ahora la columna vertebral del compromiso económico chino en Kazajistán.


Tashkent firmó un acuerdo de $1.000 millones con CITIC Group, un vehículo de inversión estatal y Huawei para construir infraestructuras digitales de uso doméstico y una planta de fabricación de equipos de vigilancia. Además, China ha construido fábricas de cemento y gastó más de $250 millones en plantas textiles desde 2016; otros $130 millones están destinados a la industria.


La seguridad juega un papel clave para salvaguardar las inversiones chinas en la región. La mayor presencia de China en la región ha sido recibida con incertidumbre y recelo por el Kremlin y tras 2014, Moscú adoptó una relación más pragmática con Pekín. Cabría mencionar que, en 2015, el presidente ruso, Vladímir Putin, y Xi firmaron un acuerdo para debatir la armonización de la Unión Económica Eurasiática con el Cinturón y la Ruta de China, un importante reconocimiento de respeto al proyecto liderado por Rusia, y la asociación entre ambos países ha seguido creciendo.


En 2015 y 2016, Pekín firmó un acuerdo secreto con las autoridades tayikas que permitía a Pekín renovar o ampliar entre 30 y 40 puestos de guardia militar en el lado tayiko de la frontera del país con Afganistán. Asimismo, en 2021, Pekín acordó financiar la construcción de una base militar independiente en Tayikistán, en un pueblo llamado Vakhon, en el borde occidental del Corredor de Wakhan.


Pekín ha adoptado una política pragmática durante los pasados 30 años en la región. No obstante, desde 2013, China se embarcó en One Belt, One Road (OBOR), lo que ahora se cono como la Iniciativa Cinturón y Ruta. Asia Central es una pieza clave en este proyecto, ya que, conecta a Pekín por tierra con algunos de sus mercados en Europa. Estos países se benefician del desarrollo de infraestructuras, ya sean carreteras, ferrocarriles, oleoductos o redes eléctricas. Esto es muy apreciado por los países que carecen de recursos para modernizar o incluso mantener infraestructuras anticuadas.


No obstante, estas inversiones suelen venir acompañadas de mano de obra china y algunos de los fondos en algunos proyectos no se aprovecharon o “desaparecieron”. Cabría mencionar que, en Kirguistán se asignaron dos proyectos del desarrollo de la red de calles de su capital por valor de $121 millones. La calidad de las carreteras reconstruidas fue deficiente, como la que une Biskek con el aeropuerto internacional de Manas.


Los inversores chinos siguen enfrentándose a una profunda desconfianza local en Asia Central. La actitud de los habitantes de la región hacia China es cada vez más negativa, y existe la percepción pública de que los gobiernos centro asiáticos hacen concesiones demasiado generosas a sus socios chinos. A esto hay que añadir que, la UE, EE.UU., India y Turquía son nuevos actores que han puesto sus ojos en la región en diferentes niveles según cada actor. Junto a estos actores, Rusia todavía juega un papel clave en la región. Sólo el tiempo responderá si Pekín logra mantenerse y consolidar su presencia en la región o no.


Bibliografía recomendada:


  1. Alejandro Sánchez, W., 2020. Central Asia and China in the Post-Pandemic World. [online] Diplomaticourier.com. Available at: https://www.diplomaticourier.com/posts/central-asia-and-china-in-the-post-pandemic-world

  2. Stallard-Blanchette, K., 2020. The Coming US-China Competition in Central Asia. [online] Thediplomat.com. Available at: https://thediplomat.com/2020/02/the-coming-us-china-competition-in-central-asia/

  3. Umarov, T., 2020. China Looms Large in Central Asia. [online] Carnegie Moscow Center. Available at: https://carnegiemoscow.org/commentary/81402

  4. Xichao, Y., 2014. China's Rise in Central Asia Implications for EU Interests. [ebook] European Institute for Asian Studies. Available at: https://www.eias.org/wp-content/uploads/2016/02/EU-Asia-at-a-glance-Yu_Xichao-China-Central-Asia.pdf

9 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page