top of page
Foto del escritorLaura Rodríguez

Israel, ¿la tierra de las start-ups?

Actualizado: 5 feb 2023

En el segundo semestre de 2022, el PIB en Israel creció un 6,8%. Pese a las controversias respecto a Palestina, Israel tiene más startups per cápita, aproximadamente una por cada 2.000 israelíes y es un estado clave en el sector tecnológico.




Israel es uno de los Estados más controvertidos del mundo. Actualmente, es reconocido internacionalmente por 164 de los 192 estados miembros de Naciones Unidas. Israel es mayormente conocido por el enfrentamiento religioso y territorial. Desde su fundación, este estado lleva décadas inmerso en una almagama de conflictos políticos internos y externos, y bélicos; destacando con los estados árabes por la cuestión palestina. Un dato a estacar, la Liga Árabe ha establecido un boicot a las compañías israelíes y los productos hechos en Israel, desde la fundación de este país hebreo.


Otra cara de este estado y que se está conociendo más, Israel es un estado pionero en el campo tecnológico. El país cuenta con más de 4.000 compañías de tecnología, de las cuales 500 generan ingresos anuales de más de 20.000 millones de dólares. A su vez, 80 de las 500 compañías más grandes del mundo tienen subsidiarias dedicadas principalmente a la I+D en el país, lo que sitúa a Tel Aviv, después de Silicon Valley, como la principal área del mundo en inversión tecnológica e innovación y casi el 50% de sus exportaciones provienen del sector de la alta tecnología.


Israel dedica el 4,3 por ciento del PIB a I+D, más que Finlandia (3,9 por ciento) o Corea del Sur (3,6 por ciento). Es de destacar este giro tras la grave crisis económica durante la década de 1980. El siguiente artículo, dejará a un lado la controversia y aclarará las claves del éxito económico israelí.


El Israel moderno comienza en la década de 1880. Desde 1881-1903, se produjo la primera ola de inmigración de población judía, conocida como "aliyá". Hay que destacar la segunda aliyá. Entre 1904-1914, se produjo la segunda gran ola inmigratoria de judíos, unos 40.000. Principalmente provenían de Europa del este, aunque también de otros territorios como Yemen. Hay que destacar que, durante este tiempo estaba formada por judíos socialistas.


Estos pioneros socialistas iniciaron el movimiento de los kibbutz. Los kibbutz han sido granjas colectivas para superar las adversidades del clima y el territorio, a la vez que sentar los cimientos de un nuevo hogar nacional donde no fueran perseguidos. Asimismo, funcionaban como una red de apoyo mutuo y seguridad para los inmigrantes recién llegados.


En 1880, el número total de judíos en esta región era de 20.000 a 25.000, dos tercios de los cuales localizados en Jerusalén. Es importante remarcar que no todos los habitantes de la zona rechazaban la llegada de inmigración judía.


El primer kibbutz, llamado Degania, fue fundado en 1910, y la gran mayoría de ellos fueron fundados entre 1930 y 1940, años antes de la creación y fundación del actual estado de Israel. Durante la 1ºGuerra Mundial, Reino Unido y Francia celebraron una conferencia para repartirse Oriente Medio, materializado en el Acuerdo Sykes-Picot. En 1917, bajo el mando del general británico, Allenby, derrotó al ejército otomano y, a finales de ese año, apoyó la creación de "un hogar nacional judío", plasmado en la Declaración Balfour.


Imagen 1: miembros de un kibbutz en 1937. Fuente: https://www.britannica.com/topic/kibbutz


Con las sucesivas llegadas de aliyás se crearon nuevas infraestructuras para el comercio de alimentos y la canalización de agua, como también se introdujeron nuevas técnicas en el campo y nuevos cultivos, y los kibutz se modernizaron y militarizaron. En 1920, se crea la organización paramilitar, conocida como "hagana", la precursora del actual ejército israelí. Durante estos años, se crean las primeras universidades: el Technion y la Universidad Hebrea de Jerusalén, en 1912 y 1918 respectivamente.


Tras la IIº Guerra Mundial y el horror del Holocausto, mediante la Resolución 181 de la Asamblea General de NN.UU. se planteó la creación de un estado árabe y otro judío, y una zona internacional en las ciudades de Jerusalén y Belén. Los judíos aceptaron esta propuesta, pero no los árabes. En 1948, al día siguiente tras la proclamación del estado de Israel, por David Ben Gurión; Egipto, Siria, Transjordania (actual Jordania), Líbano e Iraq declararon la guerra a este nuevo estado e intentaron invadirlo sin éxito.




Durante la época de los 50 y 60, el impacto de la inmigración obligó al racionamiento de recursos como el petróleo y los alimentos, con el gobierno profundamente involucrado en la economía. Desde 1950 hasta 1955, la economía israelí creció alrededor del 13% cada año, y algo menos del 10% en los años siguientes hasta la década de 1960. El gobierno proporcionó puestos de trabajo y puso en marcha proyectos de infraestructura utilizando dinero procedente del extranjero.


A partir de la década de 1960, los kibutz se expandieron tanto en calidad de vida como en habitantes, pero la economía israelí se basaba en la agricultura. Israel sufrió una desgarradora crisis económica a principios de la década de 1980 cuyas raíces se encontraban en la Guerra del Yom Kippur de 1973 y el consiguiente embargo de petróleo que duró hasta 1985. Este período conocido como la "década perdida", la economía de Israel fue testigo de un crecimiento per cápita casi nulo, una hiperinflación (en 1984 era de un 445%) y unos niveles de déficit y de endeudamiento galopantes. Durante este tiempo, tanto el sector empresarial como el cuasi-gubernamental (seguros de salud, planes de pensiones, kibbutzim) se volvieron completamente ineficientes y casi totalmente dependientes del gobierno, que en ese momento representaba el 70% del PIB.


En 1985, las tornas darían un giro de 180º con la implementación del Programa de Estabilización. Se impuso una congelación total de los precios de todos los bienes y servicios y se suspendió el mecanismo de vinculación. Este plan consiguió frenar la inflación, que pasó de un 400% a un 20%, estabilizó la balanza de pagos y, sobre todo, redujo el déficit del 15% del PIB a un superávit del 1%. En 1986, el gasto público se había recortado y el gobierno tenía prohibido legalmente imprimir dinero para cubrir el déficit. La reducción masiva del gasto obligó a los sectores privado y cuasi-público a ser más eficientes, ya que no se podía confiar en la financiación del gobierno.


Entre 1985 y 1990, el sector privado avanzó a pasos agigantados en cuanto a la eficiencia y la productividad de los trabajadores, al tiempo que se debilitaban los sindicatos y se otorgaba a la dirección la capacidad de despedir a los empleados a su discreción. No obstante, Israel no contaba con un sector financiero y tecnológico tan avanzado como hoy en día. La situación cambiaría durante la década de 1990, se produjo otra aliyá de población judía proveniente de la extinta URSS. Entre 1990 y 1991, llegarían unos 400.000.


Para ello, en 1991, el gobierno israelí tomó una importante decisión estratégica. Se abrió gradualmente los sectores de los bienes de consumo, la moneda y la inversión a la competencia internacional. Además, las aduanas se redujeron lentamente hasta el punto de que la protección arancelaria efectiva es hoy inferior al 1%.


Además, en 1991, se desarrollaron unas 24 incubadoras para el desarrollo de productos tecnológicos innovadores. Al mismo tiempo se creó el Programa Inbal. Este plan era un seguro que trató de estimular la creación de fondos de capital riesgo, aunque el programa falló por la falta de liquidez de los activos. Pese a este primer fallo, en 1992, se impulsó el Programa Yozma (yozma-iniciativa).


El gobierno israelí destinó 100 millones de dólares para desarrollar el sistema de start-ups y del capital riesgo. Para liderar la inversión, creó The Yozma Group, un organismo responsable de desarrollar la industria de capital riesgo en aquel país. Este plan tenía un objetivo claro: crear una industria de start-ups y de capital riesgo.


El Yozma no intervino en la gestión y ofrecía a sus socios privados internacionales la posibilidad de que estos recompraran la participación que tenían a precio de costo más un interés. Los resultados fueron inmediatos: En solo 2 años, el gobierno israelí, invirtiendo $100 millones de dólares, logró crear 10 fondos de capital riesgo, con una capacidad de inversión global de $263 millones de dólares.


La mayor parte del dinero que impulsó el ascenso tecnológico de Israel procedió del gobierno israelí o de las empresas tecnológicas estadounidenses. El estallido de la burbuja de la alta tecnología y, la Segunda Intifada (2000-2005), impactaron en la economía y sociedad israelí. Se produjo una caída del turismo, las inversiones extranjeras y del consumo local.


Esta escalada de las tensiones se produjo durante el gobierno de Ariel Sharon, con Benjamín Netanyahu (conocido como Bibi), siendo el Ministro de Finanzas (2003-2005). Netanyahu recortó el gasto social en: educación, sanidad y, en la red de seguridad. A su vez, redujo el peso del estado, recortó el presupuesto estatal, se privatizaron las funciones gubernamentales, y se redujeron los impuestos, por ejemplo, el impuesto de sociedades pasó del 36% en 2003 al 25% en 2010.




Imagen 2: izq. Benyamin Netanyahu con el ex primer ministro israelí, Ariel Sharon en 2003. Fuente: https://www.timesofisrael.com/israels-political-leaders-mourn-great-warrior-extraordinary-leader/


Este primer plan tuvo un resultado inmediato. Entre el último semestre de 2003, hasta 2008; la economía israelí creció a una tasa media anual cercana al 5% y se redujo el tamaño de la deuda pública de más del 100% del PIB en 2002 al 80% en 2008. En 2009, Netanyahu fue elegido como Primer Ministro de Israel y adoptó la misma política económicaen un estado con una fuerte influencia socialista en la economía.


Netanyahu inició una cultura de reformas continuas para desarrollar un entorno en el que los actores del sector privado pudieran prosperar, con el fin de frenar el exceso de burocracia y las regulaciones. En 2009, redujo el tamaño del sector público, controló el gasto gubernamental, recortó los tipos impositivos y racionalizó el sistema tributario, privatizó las principales industrias estatales, como los bancos, las refinerías de petróleo, la aerolínea nacional y Zim Integrated Shipping Services, reformó el sistema de pensiones, entre otras reformas.


Desde el primer descubrimiento comercial de gas natural en el año 2000, la situación energética de Israel cambiaría drásticamente. Sin embargo, 2009, sería una fecha clave. En 2009, la empresa estadounidense Noble Energy y sus socios locales descubrieron el yacimiento Tamar y, en 2011, el yacimiento de Leviathan. Esto ha convertido a Israel en un exportador neto y le abriría nuevas puertas diplomáticas, sobre todo, con otros estados árabes.


A finales de 2013, el parlamento israelí, La Knesset, aprobó la Ley de Promoción de la Competencia y Reducción de la Concentración, para aumentar la competitividad en la economía israelí. Ese mismo año, Netanyahu también inició una campaña de privatización de puertos para aumentar las exportaciones de Israel. En julio de 2013, convocó licitaciones para la construcción de puertos privados en Haifa y Ashdod.


A la par, durante estos años, Israel viviría un cambio y se cimentaría la posición global y estratégica en el sector de: alta tecnología y en materia de: salud digital, movilidad inteligente, agrotecnología, agua y cibernética. Otros datos sobre esta transformación económica son los siguientes: el PIB per cápita creció un 60% entre entonces y 2020, pasando de 27.500 a 43.689 dólares, y ahora sitúa a Israel entre las 20 primeras naciones del mundo, mientras que el desempleo alcanzó un mínimo histórico del 3,4% en los meses anteriores a la crisis del SARS-CoV-2.



Gráfico 1: crecimiento del PIB per cápita (dólares estadounidenses) en 2009-2018. Fuente: https://www.timesofisrael.com/is-netanyahu-an-economic-wizard-the-numbers-beg-to-differ/


En 2016 y 2018, respectivamente, Israel firmó dos acuerdos con Jordania y Egipto para exportar gas natural hacia estos dos Estados. Además, en 2020, el Presidente de Chipre, Nicos Anastasiades, el Primer Ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, y el ex- Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, firmaron un acuerdo para la construcción del East-Med. El East-Med es un gasoducto en construcción que conectará las reservas de gas de Israel con Grecia, con destino a otros estados del sureste de la UE.


En este mismo año, debido a la crisis económica y sanitaria derivada del SARS-CoV-2, en marzo de 2020 la tasa de paro superó el 20%. Según una encuesta del Pew Research Center, la mayoría de los ciudadanos israelíes piensa que el país ha manejado eficazmente el brote de coronavirus.


Al mismo tiempo, se firmaron los Acuerdos de Abraham. Bajo los acuerdos de Abraham, Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bareín normalizaron y formalizaron públicamente sus lazos diplomáticos. También, se convirtieron en un término para describir los otros acuerdos de normalización que Israel firmó después de la declaración inicial, con Sudán y Marruecos.


Sin embargo, en abril de 2021 tras un duro confinamiento, el desempleo se redujo a menos del 9,5%. Pese a la inestabilidad política israelí, en diciembre de 2021, la OCDE afirmó que la economía israelí estaba repuntando con fuerza en 2021, superando las previsiones, y en 2021, creció en un 7%. Las exportaciones israelíes alcancen un récord de 135.000 a 140.000 millones de dólares en 2021, un 18,5% más que el año pasado. La mayoría de las exportaciones israelíes (sin incluir los diamantes) se dirigieron a la Unión Europea (39%), seguida de Estados Unidos (33%) y Asia (25%).


Actualmente (datos de julio de 2022), la tasa de inflación actual en Israel es del 5,21% (sin incluir el precio de los alimentos y energía). Según un estudio del sitio web Money.co.uk, los precios de la vivienda en Israel aumentaron un 345,7% en la última década. Otro factor clave será la tasa de participación laboral, sobre todo, de la comunidad haredi y la población árabe.


Además, el incremento de los precios de los alimentos, la bajada de los salarios y de la energía determinarán el resultado de las elecciones que se celebrarán en noviembre de 2022, y la frágil estabilidad política. Sin embargo, Israel ha sabido afrontar los problemas para recuperar su posición económica y su liderazgo tecnológico.


Bibliografía recomendada:


  1. Ben-David, R., 2022. Cost of living, economy are top priority for voters in upcoming election — survey. Timesofisrael.com. Disponible en: https://www.timesofisrael.com/cost-of-living-economy-are-top-priority-for-voters-in-upcoming-election-survey/

  2. Salomon, S., 2018. From 1950s rationing to modern high-tech boom: Israel’s economic success story. Timesofisrael.com. Disponible en: https://www.timesofisrael.com/from-1950s-rationing-to-21st-century-high-tech-boom-an-economic-success-story/



16 visualizaciones0 comentarios

Comentários


bottom of page