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Foto del escritorLaura Rodríguez

Irlanda, el tigre celta

Actualizado: 9 nov 2022

Este artículo es especial, ya que mi región natal, Galicia (España) comparte algunas similitudes con el protagonista de hoy, Irlanda.



En 2022, el número de pasaportes irlandeses solicitados en Irlanda del Norte ha superado por primera vez las solicitudes de pasaportes británicos. En 2008, Irlanda era acuñada junto con Portugal, Italia, Grecia y España con el término “PIIGS”. Este término peyorativo se centró en estos estados que sufrieron con severidad la crisis de deuda soberana de 2011. Sin embargo, durante la crisis del SARS-CoV-2, en 2020, la economía irlandesa creció en un 5.9%.


En este artículo se quiere arrojar algo de luz sobre cómo Irlanda ha sorteado la crisis de 2008, cómo se ha desarrollado y qué lecciones podría aprender Galicia, y España en su conjunto.


La historia reciente de Irlanda se remonta al siglo XVII. Con la Acta de Unión firmada en 1800, Irlanda ganaría cierta autonomía dentro del Reino Unido, pero las desavenencias entre cristianos católicos y protestantes no desaparecerían. Junto a estas desavenencias, la represión iba en aumento.


Oliver Cromwell, en el siglo XVII, aplicó una política conocida como de "plantaciones". Se despojaron a los católicos irlandeses de grandes extensiones de tierras para entregárselas a los colonos ingleses y también a presbiterianos escoceses. Como resultado, los terratenientes británicos cultivaban principalmente el trigo y mientras que los cultivos de aquel cereal eran exportados directamente a Inglaterra, los campesinos irlandeses se abastecían única y exclusivamente de patatas y de leche.


En el año 1845, daría inicio a la Gran Hambruna. En 1845, en las plantaciones de patatas apareció una terrible plaga que afectó sólo al cultivo de patata y no a la del trigo. El Parlamento inglés no tomó ninguna medida para ayudar al campesinado irlandés, por lo que la plaga siguió extendiéndose, los cultivos continuaron perdiéndose y la gente moría de hambre al no tener acceso a otro tipo de alimento.


En Escocia se prohibieron las exportaciones de alimentos durante la crisis de la patata, y los ingleses enviaron a Irlanda 200.000 soldados para mantener la situación bajo control y evitar el levantamiento de la población. Dada esta precaria situación, muchos irlandeses que decidieron emigrar atravesando el Atlántico, sobre todo, hacia Estados Unidos.


Gráfico 1: Destino de los emigrantes de ultramar de irlanda (1821-1920). Fuente: https://whereleprechaunsroam.blogspot.com/2014/07/irish-psyche-effects-of-emigration.html


Esta hambruna remitió en 1849, pero el malestar se mantuvo latente. El retorno de las malas cosechas en 1879 trajo consigo nuevos temores de hambruna. Ese mismo año, Michael Davitt fundó la Liga Irlandesa de la Tierra, que pretendía conseguir para los arrendatarios seguridad en la tenencia, alquileres justos y libertad para vender sus propiedades y este hito se lograría en 1881.


Las aspiraciones nacionalistas irlandesas fueron a más a finales del siglo XIX. Cabría mencionar que, desde la década de 1880, los nacionalistas irlandeses del Partido Parlamentario Irlandés (IPP) exigían la autonomía de Gran Bretaña. No obstante, durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Durante este período se restableció el bipartidismo en la política irlandesa, ya que todas las diferencias entre liberales y conservadores se subordinaron al objetivo de derrotar a Alemania.


Durante un lunes de Pascua de 1916, se proclamó un gobierno provisional irlandés. La Oficina General de Correos y otras partes de Dublín fueron tomadas; los combates callejeros continuaron durante una semana hasta que Tom Clarke, Patrick Pearse y otros líderes republicanos fueron obligados a rendirse. Su posterior ejecución enardeció la opinión nacionalista y, agravada por la amenaza de que se introdujera el servicio militar obligatorio en Irlanda, condujo a la derrota y virtual extinción del Partido Parlamentario Irlandés de Redmond (pro-británico) en las elecciones generales de diciembre de 1918.


El Sinn Féin apoyó el programa republicano anunciado en 1916 y estaban dirigidos por Eamon de Valera. Eamon de Valera fue un líder superviviente del Alzamiento de Pascua, que hizo campaña por la independencia de Irlanda en Estados Unidos. Los republicanos se negaron a ocupar sus escaños en el Parlamento británico y, en su lugar crearon su gobierno provisional.


Simultáneamente, se organizó el Ejército Republicano Irlandés (IRA) para resistir a la administración británica y conseguir el reconocimiento del gobierno de la república irlandesa. Junto a ello, se realizó una guerra de guerrillas: la Guerra Anglo-Irlandesa o la Guerra de la Independencia de Irlanda (1919-1921).


Durante este conflicto, en 1920, se aprobó La Ley del Gobierno de Irlanda. Se dividió a Irlanda en dos zonas de autogobierno, ambas con poderes descentralizados que se aproximaban a la autonomía, donde el Sinn Féin no pudo hacer nada para resistir la partición, que se hizo realidad con las primeras reuniones del gobierno y el parlamento de Irlanda del Norte en Belfast en junio de 1921.


Una tregua en julio de 1921 puso fin a la guerra anglo-irlandesa y en diciembre de 1921, se firmó el Tratado Anglo-Irlandés. Bajo este tratado, se formó el Estado Libre Irlandés, que se estableció según los términos del tratado con el mismo estatus constitucional que Canadá. Además, en el artículo 12, también se establecía que Irlanda del Norte podía optar por no formar parte del Estado Libre Irlandés y preveía una comisión para establecer una frontera permanente.


La situación económica era precaria y en las elecciones de agosto de 1923, ganó el partido de Cosgrave, Cumann na nGaedheal ("Partido de los Irlandeses"), frente al Sinn Féin.


El coste de la reconstrucción de posguerra fue inmenso. En 1923-24, el 30% de todo el gasto nacional se destinó a la defensa, y otro 7% se destinó a la indemnización por pérdidas de bienes y daños personales. A pesar de estas dificultades económicas, el gobierno aplicó una política agrícola eficiente y llevó a cabo importantes proyectos hidroeléctricos. La administración estaba cada vez más centralizada; se estableció un servicio civil eficiente basado en el modelo británico y blindado contra la corrupción.


En 1927, el asesinato de Kevin O’Higgins por parte de republicanos inconformista, reavivó las viejas rencillas en Irlanda, y se aprobó una estricta Ley de Seguridad Pública. Junto a ello, el crack del 29 en EE.UU., impactó gravemente a esta joven república. El descontento general con el gobierno condujeron a la formación de un nuevo gobierno, liderado por De Valera, con apoyo del Partido Laborista.


Durante este nuevo gobierno, se pasó de una política de libre comercio establecida desde hacía tiempo a un experimento radical de proteccionismo y nacionalismo económico. Un ejemplo de ello fue en 1932. El ejecutivo hizo un uso generalizado de los aranceles, las cuotas, las licencias de importación y otros dispositivos similares para proteger el mercado nacional de la competencia extranjera, y también amplió los organismos patrocinados por el Estado en la industria y el comercio. Aunque el empleo en el sector manufacturero se había duplicado para entonces, la base inicial era tan baja que este aumento era bastante insuficiente para las necesidades de empleo de Irlanda.


Para de Valera era primordial eliminar los elementos del tratado Anglo-Irlandés que eran restrictivos para la independencia de Irlanda. Cabría mencionar que, en 1932, Dublín detuvo la transferencia al tesoro británico de las rentas de la tierra.


En represalia, en julio de 1932, Londres impuso derechos de importación a la mayoría de las exportaciones irlandesas al Reino Unido para recuperar sus pérdidas, y los irlandeses tomaron represalias de la misma manera. Esto permitiría que, de Valera sacara rédito, ya que cubrió sus políticas proteccionistas con una retórica patriótica y culpó a Gran Bretaña de la creciente recesión en Irlanda.


En abril de 1938, Londres y Dublín firmaron un acuerdo financiero, solventando el conflicto de las rentas de la tierra y un acuerdo comercial que suavizaba la guerra de aranceles. El acuerdo de defensa completó el proceso de establecimiento de la soberanía irlandesa e hizo posible la neutralidad de Irlanda en una guerra europea. Durante la Segunda Guerra Mundial, en Irlanda la escasez de suministros importados disipó toda noción de desarrollo económicoy la necesidad primordial era asegurar las necesidades básicas. Cabría mencionar que, en 1950, el grado de dependencia comercial de Dublín a Londres era de un 90%.


Esta situación económica cambiaría en la década de 1960. El entonces secretario del Departamento de Finanzas, T.K. Whitaker, desarrolló e implementó una nueva estrategia con tres elementos clave.


T.K. Whitaker (1916-2017), en una intervención en NN.UU. Fuente: https://presspack.rte.ie/2017/01/25/nation-builders-t-k-whitaker/


En primer lugar, se concedieron subvenciones de capital y concesiones fiscales para fomentar la fabricación orientada a la exportación. En segundo lugar, se encomendó a la Autoridad de Desarrollo Industrial la tarea de atraer a las empresas extranjeras a Irlanda, también con el objetivo de exportar y se desmanteló gradualmente la protección a cambio de un mayor acceso a los mercados extranjeros. En 1965, se firmó el Acuerdo de Zona de Libre Comercio Anglo-Irlandesa en 1965 y la adhesión a la Comunidad Europea en 1973.


También se hicieron grandes esfuerzos para mejorar la infraestructura física: electricidad, teléfonos, carreteras y otros medios de transporte y el énfasis en la educación, terminado en 1965 bajo la presidencia del profesor Patrick Lynch, que presagiaba la gran expansión de la educación.


Este plan de apertura al exterior funcionó durante los años sesenta. Cabrían mencionar que, se logró un gran aumentode las exportaciones de productos manufacturados, la mayor parte del incremento había procedido de nuevas empresas de propiedad extranjera que exportaban la mayor parte de su producción. La Ley de 1967, endureció las condiciones del despido laboral. En caso de despido, el ministro competente puede efectuar un pago de reembolso al empresario de hasta el 60 % de la indemnización legal.


Un punto de inflexión decisivo se produjo en 1972, y durante la crisis del crudo en 1973. Cuando los responsables políticos presupuestaron deliberadamente por primera vez un gasto superior al que podían recaudar en ingresos fiscales.


En un inicio, se logró un gran aumento de las exportaciones de productos manufacturados, la mayor parte del incremento había procedido de nuevas empresas de propiedad extranjera que exportaban la mayor parte de su producción. Sin embargo, a partir de la década de 1980, la preocupación por la elevada y creciente dependencia de la industria extranjera se agravó cuando el flujo de inversiones extranjeras cayó y se perdieron casi 10.000 puestos de trabajo en empresas extranjeras.


Al mismo tiempo, hubo una mayor presión sobre la legislación laboral irlandesa. La creciente presión tanto de los empresarios como de los sindicatos, la preocupación política por abordar el resultado inflacionista que se percibía de la libre negociación colectiva y la mayor intervención de la Comisión Europea en la regulación de la relación laboral individual contribuirían a una mayor flexibilización de la legislación laboral a partir de la década 1980-1990'. Cabria mencionar que, el paro pasó del 7% en 1979 al 17% en 1986, cuando dos tercios de los desempleados llevaban seis meses o más sin trabajo.


Esta mala gestión económica obstaculizó cualquier esfuerzo por controlar la crisis y el desempleo y la emigración aumentaron. Pero a partir de la década de 1990, la situación cambiaría drásticamente en Irlanda.


Durante esta década, Dublín experimentó un gran crecimiento económico. La llegada de un mercado único europeo enlos años 90 animó a muchas de estas empresas ser más competitivas. El sector de alta tecnología irlandés, que resultaba atractivo gracias a un impuesto de sociedades del 12,5%, estimulando el crecimiento económico y contribuyendo a reducir el desempleo a niveles históricamente bajos. En el año 2000, la tasa de desempleo había caído por debajo del 4%, el desempleo de larga duración prácticamente había desaparecido.


Estas medidas permitirían a Dublín experimentar durante el periodo 1995-2007, uno de los crecimientos económicos más rápidos de la UE, por ejemplo, en 2008, Irlanda se convirtió en uno de los diez estados más ricos de la OCDE. Además, Dublín atrajo una fuerte inversión interna por parte de multinacionales extranjeras, como Microsoft y Google, atraídas por un impuesto de sociedades bajo y una reserva de mano de obra cualificada.


Durante esta fracción de tiempo, desde el año 2000, la inversión del Gobierno de Irlanda en formación de recursos humanos se multiplicó por diez. Irlanda usó los fondos europeos para formación e investigación y la creación de una red de institutos de tecnología. Además, se orientó a los alumnos para conseguir que el 60% opte por carreras técnicas o relacionadas con los negocios.


Este periodo de expansión económica también fomentó un importante auge del sector de la construcción. En 2008, la construcción representaba el 25% del PIB irlandés y el 20% de los puestos de trabajo del país. El boom de la construcción se financió con un rápido crecimiento de los préstamos bancarios. Los principales bancos irlandeses asumieron un mayor riesgo y aumentaron la concesión de créditos gracias al optimismo sobre el continuo crecimiento de la economía irlandesa.



La crisis crediticia mundial de 2007-08 golpeó con especial dureza a Irlanda. Los principales bancos irlandeses sufrieron enormes pérdidas debido a su exposición a los impagos de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos. Junto a ello, en 2010 los principales bancos irlandeses se enfrentaban a la quiebra.


En 2008, el Gobierno irlandés acordó recapitalizar los principales bancos irlandeses Allied Irish Bank (AIB), Bank of Ireland (BoI) y Anglo Irish Bank. Sin embargo, en 2010, incluso esto fue insuficiente, y el gobierno irlandés requirió un rescate del FMI y la UE para garantizar que los bancos no quebraran.


Al contrario que, en otros estados como Italia, Grecia y España, Irlanda adoptó un paquete de medidas de austeridad muy estricto. Los gobiernos irlandeses se aferraron rígidamente a las políticas de austeridad, aumentando los tipos impositivos (por ejemplo, el IVA al 22,5%) y aplicando recortes de gastos tanto de capital como corrientes.


Además, gracias a la flexibilidad de la normativa laboral irlandesa; los empresarios pudieron reducir las nóminas cuando las condiciones lo justificaban. El empleo en Irlanda no tardó en repuntar cuando la recuperación se afianzó. Desde enero de 2013, el empleo en Irlanda ha crecido a una media del 2,3% interanual.


Otra medida clave fue la reducción de la deuda. En 2013, la deuda del sector público irlandés en relación con el PIB alcanzó un máximo del 123,9% , pero se redujo al 75,6% a finales de 2016, gracias al aumento del PIB y a la disminución de la deuda. Este esfuerzo fue el resultado de que el gobierno obtuviera un mayor control sobre el gasto y mejorara la calificación crediticia del país, lo que permitió a los funcionarios renovar la deuda restante a tipos más bajos.


Dublín logró mantener el mismo tipo bajo en su impuesto de sociedades, del 12,5%. Esto permitió que grandes empresas de todo el mundo se establecieran en la isla esmeralda. Según las cifras de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, hay unas 700 empresas estadounidenses que operan en Irlanda, entre ellas Intel, Dell, Google, Hewlett Packard, Facebook, Apple, entre otras. Esto permite que, Dublín sea uno de los mayores exportadores de software a nivel global.


Gracias a ello, en 2015, el PIB en Irlanda registró una tasa de crecimiento del 26,3% y fue el primer mercado receptor de inversión extranjera directa en la UE y el cuarto a nivel mundial (únicamente por detrás de EE.UU, China y Hong Kong). Además, Irlanda ha sido capaz de que algunas de sus empresas sean pioneras a nivel global. Cabría mencionar los casos de Primark y Ryanair.


La compañía irlandesa Keenan, genera información individualizada sobre los animales que es almacenada y posteriormente enviada a un nutricionista, quien contacta y asesora personalmente al ganadero. El primer sensor salió al mercado en 2014 y ha logrado reducir drásticamente la mortalidad de los animales y cuenta con clientes en 40 estados, incluyendo España.


Tras el Brexit, en 2016, todos los ojos se fijaron en Irlanda. El Reino Unido es un socio clave para Irlanda, tanto en términos de comercio como de inversiones, por ejemplo, las exportaciones irlandesas de bienes y servicios al Reino Unido ascendieron a casi 37 000 millones de euros en 2015 y la inversión extranjera británica proporciona directamente e indirectamente alrededor de 80.000 puestos de trabajo en Irlanda.


La retirada oficial del Reino Unido de la UE tuvo lugar en enero de 2020. Dublín se enfrenta al hecho de que la frontera con Irlanda del Norte es una frontera exterior de la UE, que requerirá mucho más control, seguridad y papeleo que en la actualidad. La primera consecuencia del Brexit se vio en 2022. En este año, el número de pasaportesirlandeses solicitados en Irlanda del Norte ha superado por primera vez las solicitudes de pasaportes británicos. Sin embargo, en los venideros años, se conocerán más profundamente las consecuencias del Brexit en Irlanda.


Junto al desafío del Brexit, la crisis sanitaria ocasionada por el SARS-COV.2. Al contrario que en otros estados, el Gobierno irlandés actuó rápidamente, con la introducción de una serie de medidas en los sectores sanitario, laboral y empresarial. El énfasis se ha puesto en proteger la salud y la seguridad de las personas frente a la propagación del virus. Este enfoque permitió que, Dublín fuera el único estado en la UE, donde su economía creció (3%), impulsada por las exportaciones médicas y farmacéuticas.


Según la Comisión Europea, la economía irlandesa se vio especialmente favorecida por "las exportaciones de empresas multinacionales especializadas en equipos médicos, productos farmacéuticos y servicios informáticos".


A finales del mes de febrero de 2022, la actual invasión rusa contra Ucrania impactó en Irlanda. Dublín apoya y cerró su espacio aéreo a todos los aviones rusos. Al contrario que en otros estados miembros de la UE, Irlanda está menos expuesta a la interrupción del suministro de gas, ya que gran parte del gas irlandés procede del Reino Unido, y también tiene su propia fuente en el yacimiento de Corrib. El principal reto de Irlanda va a ser la vivienda.


Según un nuevo informe del portal inmobiliario Daft.ie, los precios de las viviendas en Irlanda aumentaron un 2,4% de media durante los tres primeros meses de 2022. El precio medio de venta en todo el país en el primer trimestre de 2022 fue de 299.093 euros, un 8,4% más que en el mismo periodo de 2021.


Esta cuestión de la vivienda afectará a futuro económico de Irlanda. Sin embargo, Dublín ha logrado que el duro pasado económico, como por ejemplo, la crisis de 2008, deje de ser la realidad macroeconómica. Los impuestos bajos, una mayor flexibilidad del mercado laboral y una mayor libertad económica; han hecho que, el PIB per cápita ($) pasara de menos de 700$ en 1960, a situarse en los 83.813$ en 2020 pese a la crisis de 1973 y, sobre todo, a la de 2008.


Irlanda ha transformado una economía altamente dependiente del sector primario a un centro de excelencia en software en Europa. Dublín alberga más de 900 empresas de software, tanto multinacionales como nacionales, que dan empleo a 24.000 personas y generan 16.000 millones de euros de exportaciones al año.


Bibliografía recomendada:

1- McHugh, R., 2018. Ireland is the World´s second largest software exporter Technology, news for Ireland, Exporting,Ireland,Technology,. Businessworld.ie. Disponible en: https://www.businessworld.ie/technology-news/Ireland-is-the-World-s-second-largest-software-exporter-571274.html

2-Purdue, D. and Huang, H., n.d. Brexit and its Impact on the Irish Economy. National Treasury Management Agency. Disponible en: https://www.ntma.ie/uploads/publication-articles/BrexitIrish-Economy.pdf

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