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Foto del escritorLaura Rodríguez

Suiza, prosperidad en el corazón de los Alpes

Actualizado: 9 nov 2022

Un supuesto paraíso fiscal, la neutralidad, la banca suiza y el chocolate, son las primeras palabras que se escuchan en la prensa sobre Suiza. Pese que, en Suiza hay pocos recursos naturales propios, la exportación más valiosa de este estado son las gemas y los metales preciosos; aportando 98.200 millones de dólares estadounidenses 2020-2021), seguidos por los productos farmacéuticos y la maquinaria.

Suiza tiene el segundo PIB per cápita más alto del mundo (86.850$ en 2020, según las estadísticas del FMI). Además, la puntuación de la libertad económica de Suiza es de 84,2, lo que convierte a su economía en la segunda más libre a escala global del Índice 2022. En este artículo, se arrojará algo de luz sobre los motivos por los que Suiza tan próspero.


El año 1848 fue un punto de inflexión decisivo en la historia de Suiza, con la adopción de la Constitución federal de 1848. Esta constitución permitió que Suiza lograra cierta estabilidad política interna y librarse de la guerra fenómenos sin parangón en Europa. En consecuencia, los suizos centraron gran parte de su atención y esfuerzos en el desarrollo de la industria, la agricultura, las comunicaciones y el sector financiero.


En 1847, se inauguró el primer ferrocarril entre Zúrich y Baden. Los ferrocarriles en Suiza se construyeron mediante la competencia entre empresarios privados y no de acuerdo con algún plan central. El resultado fue una extensa red de líneas pequeñas y medianas que apenas estaban coordinadas, pero que cubrían más de 600 millas (1.000 km) de vía en 1860 y el doble en 1876. En 1898, los suizos votaron a favor de la nacionalización de las líneas principales, y en 1902, se crearon los Ferrocarriles Federales Suizos.


Para competir con la apertura de los enlaces ferroviarios transalpinos del Monte Cenis y el Paso del Brennero, los suizos negociaron la construcción del Túnel de San Gotardo con intereses italianos y alemanes. Después de 10 años de excavación, en 1882, se abrió este túnel. Esta construcción permitió que, los cantones de Uri y Tesino quedaran conectados por ferrocarril y se inauguró una línea directa entre Zúrich y Milán.


Durante estas décadas para financiar la construcción del ferrocarril, Alfred Escher fundó en 1856 uno de los mayores y más exitosos bancos de Suiza, el Kreditanstalt (actual Credit Suisse). En la década de 1850 se crearon también otros seis grandes bancos comerciales. Esto permitiría que Kreditanstals recaudara capital para los ferrocarriles de inversores privados y sin influencia extranjera. Al mismo tiempo, esta nueva institución financiera proporcionó inversiones a otros emprendimientos privados y estatales, evolucionando hasta convertirse en una fuente importante de financiamiento para la economía suiza.


Sin embargo, en 1956-57, Suiza se enfrentó a Prusia por Neuchâtel, y la guerra parecía inevitable; pero finalmente, el emperador prusiano renunció a sus derechos hereditarios sobre el antiguo principado y, pese a algunos incidentes menores (el conflicto por los territorios de Saboya con Napoleón III en 1860 y sí un enfrentamiento con el canciller alemán Otto von Bismarck en 1889). En consecuencia, los políticos suizos empezaron a considerar la neutralidad armada, pero cautelosa, como el papel apropiado para un pequeño país limitado.


Este primer desarrollo económico provocó un malestar entre los diferentes grupos sociales y todos buscaban una mayor participación popular en el gobierno. Este movimiento democrático fue especialmente fuerte en Zúrich, donde en 1869 logró imponer la elección directa del gobierno y el referéndum popular para todos los proyectos de ley parlamentarios.


En 1874, una alianza entre el nuevo partido democrático y los grupos radicales-liberales dominantes consiguió la aprobación de una constitución federal revisada. La constitución de 1874 introdujo una innovación sustancial: la democracia directa se hizo posible a través del referéndum y se reforzó en 1891. Al mismo tiempo, se aprobó a nivel nacional la Ley de Fábricas de 1877, donde el gobierno federal se implicó en la asistencia social.


Además, en 1874, se otorgó la soberanía sobre la educación a cada cantón o demicantón. La educación primaria es gratuita y obligatoria entre los 7 y los 16 años. Las únicas instituciones de enseñanza superior mantenidas por la propia confederación son las Escuelas Politécnicas Federales de Lausana y Zúrich fundadas en 1853 y en 1855, respectivamente.


Suiza logró mantener su neutralidad en la IºGM, donde el persistente déficit de la balanza de pagos del país se invirtió por primera vez. Las industrias metalúrgica, química, maderera y relojera suministraron bienes a ambos bandos beligerantes, mientras que los agricultores se beneficiaron del aumento de la demanda y de los precios.


Después de la Primera Guerra Mundial, Suiza unió a la Sociedad de Naciones con sede en Ginebra, que le concedió el estatus especial de "neutralidad diferenciada", excluyendo a Suiza de la participación en medidas militares colectivas. Además, tras la guerra, las tensiones sociales estallaron y, en noviembre de 1918 se produjo una huelga nacional.


Imagen 1: La huelga de los empleados de la banca en Zúrich, a finales de septiembre de 1918. Fuente: https://blog.nationalmuseum.ch/fr/2018/11/greve-generale-1918/


El gobierno federal movilizó un gran número de tropas. La huelga coincidió con una epidemia mundial de gripe que causó muchas muertes entre los movilizados, pero algunas de la reivindicaciones de los huelguistas se hicieron realidad. Cabría mencionar, la semana laboral de 48 horas, la mejora de las prestaciones para los desempleados y la reforma del sistema de votación; con la sustitución del voto mayoritario por la representación proporcional en 1919. Desde finales del siglo XIX, la Asociación de Agricultores, que representaba a una clientela especialmente afectada por la crisis estructural y partidaria del proteccionismo, ya era el más exitoso de los diferentes grupos de presión que influían cada vez más en la política federal.


La crisis de 1929, redujo las exportaciones suizas y muchos bancos se declararon insolventes, mientras que la industria de la construcción de maquinaria resistió, sobre todo porque en esta época las líneas ferroviarias suizas estaban en gran parte electrificadas y necesitaban nuevas máquinas.


En 1930, se fundó en Basilea el Banco de Pagos Internacionales fue fundado para manejar las reparaciones de guerra de Alemania. Desde entonces se ha convertido en un centro de investigación sobre política monetaria, y también funciona como un banco central para otros bancos centrales.


Además, en 1934, se codificó el secreto bancario con la aprobación de la Ley Federal de Bancos y Cajas de Ahorros.


Con esta legislación se protegían los activos de las personas perseguidas por las autoridades nazis y fueron utilizadas por personas e instituciones que buscan evadir impuestos ilegalmente, ocultar activos o, en general, cometer delitos financieros.


La crisis interna alcanzó su punto álgido en 1936, cuando muchos trabajadores sobre todo en la industria de la construcción fueron despedidos, y el banco central devaluó el franco suizo en un 30%.


A medida que los países fascistas se volvían cada vez más agresivos y las potencias occidentales apenas reaccionaban, el gobierno federal buscó buenas relaciones exteriores con sus vecinos totalitarios. Tras la unión política de Austria por Alemania en 1938, Suiza volvió a la neutralidad absoluta.


Durante la IIºGM, Suiza inicialmente movilizó a 450.000 soldados y 200.000 auxiliares y, a lo largo de la contienda movilizó a 850.000 personas de una población total de 4.000.000. El gobierno federal indemnizó a los trabajadores por los salarios perdidos y, a pesar de las dificultades económicas, pudo mantener la inflación en un nivel tolerable durante toda la guerra.


Suiza firmó varios tratados comerciales duramente negociados con Alemania. Los alemanes suministraron materias primas (carbón, hierro y semillas para un país que sólo producía el 60% de los alimentos que necesitaba) a cambio de considerables créditos financieros suizos y de material militar y estratégico producido por empresas privadas, como aluminio, máquinas herramienta y relojes. Por ejemplo, la defensa antiaérea constituyeron una parte importante de las exportaciones de Suiza a Alemania.


Pese a los lazos con Alemania, los suizos en general rechazaron esos regímenes y su ideología racista, por considerarlos un peligro mortal para su democracia y su diversa población lingüística y religiosa. Además, se mantuvo una política inmigratoria estricta, para evitar el temor de disturbios sociales dentro del propio estado suizo.


Suiza también mantuvo relaciones económicas con los aliados occidentales durante la guerra; por ejemplo, compró una cantidad considerable de oro a Estados Unidos y Gran Bretaña. Los Aliados utilizaron entonces los francos suizos para pagar los servicios de inteligencia en Suiza y los buenos oficios que el país neutral podía prestar a través de la Cruz Roja a los prisioneros de guerra.


Tras la IIºGM, concretamente en 1946; los aliados occidentales, liderados por Estados Unidos, obligaron a Suiza a compensar a los bancos centrales de Europa Occidental saqueados, exigiendo el pago de unos 250 millones de francos suizos. Debido a que Suiza no habría recibido ningún reconocimiento especial de su neutralidad, el Consejo Federal decidió no adherirse a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que sin embargo ocupó oficinas en Ginebra.


La Guerra Fría permitió a Suiza volver a ser un miembro respetable de la comunidad internacional. La neutralidad le permitió desempeñar un papel mediador entre los dos campos antagónicos, pero, como democracia capitalista con un fuerte ejército de ciudadanos, fue un miembro tácito del mundo no comunista y uno de sus principales defensores.


En 1948, se introdujo a nivel federal el seguro de seguridad social obligatorio. Este seguro se financia con las cotizaciones de los trabajadores y sus empleadores, así como con pequeñas cotizaciones de los cantones y de la confederación, proporciona rentas y subsidios de jubilación a las personas mayores.


En 1959 se estableció la llamada Zauberformel ("fórmula mágica"). Esta fórmula se mantuvo hasta 2003, permitió al gobierno eludir las rivalidades partidistas para distribuir la creciente riqueza de Suiza y construir un sólido estado de bienestar social. Durante un largo periodo después de la Segunda Guerra Mundial, la economía suiza, que no estaba dañada, experimentó muy poco desempleo, y creció aproximadamente un 5% al año en los años 50 y 60.


Al mismo tiempo, Suiza evitó vínculos multilaterales que pudieran afectar a su soberanía y, por ejemplo, no se adhirió a la Comunidad Económica Europea. En su lugar, fue miembro fundador de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) en 1960. Durante este periodo, la política exterior se redujo prácticamente a la negociación de acuerdos comerciales bilaterales.


La fuerte economía suiza atrajo a muchos inmigrantes, primero de Italia y España y después de 1980 de Yugoslavia y Turquía. No obstante, durante la década de 1970 muchos trabajadores extranjeros, sobre todo los de la construcción y la relojería, se vieron obligados a marcharse como consecuencia de la reestructuración y racionalización del sector.


En los años 90, Suiza era uno de los países más ricos y prósperos del mundo, y la neutralidad sigue siendo la doctrina oficial del país, pero con resultados a veces divergentes. Desde 1848 y la creación del Estado federal, los cantones se opusieron a una mayor centralización de las tareas públicas y defendieron el principio de subsidiaridad. Este principio quedó consagrado en la Constitución Federal de la Confederación Suiza en su última revisión de 1999.


Concretamente, en el artículo 3 establece que: los cantones son soberanos, salvo en la medida en que su soberanía esté limitada por la Constitución Federal. Ejercen todos los derechos que no corresponden a la Confederación". Concretamente, los cantones se benefician de una amplia autonomía política, financiera y fiscal.


Por una parte, en 1992 los votantes suizos rechazaron por escaso margen la adhesión a un Espacio Económico Europeo que comprendía la UE y la AELC. Sin embargo, Suiza ha mantenido fuertes lazos económicos bilaterales con la UE, su mayor socio comercial. Por otra parte, Suiza se puso del lado de la ONU contra la invasión de Kuwait por parte de Irak durante la Guerra del Golfo Pérsico (1990-91). En un referéndum posterior, en 2002, una muy ligera mayoría aprobó el ingreso en la ONU.


Además, a finales del siglo XX, surgieron crecientes dudas sobre el pasado y el futuro de Suiza. Especialmente preocupante para Suiza fue un debate internacional en la década de 1990 sobre las "cuentas inactivas" activos dejados por los judíos en los bancos suizos durante la época nazi. En consecuencia, se logró un entre dos grandes bancos comerciales y los demandantes judíos en el que los bancos acordaron pagar a las organizaciones judías internacionales dos mil millones de francos suizos.


En 2008, Suiza se adhirió al Acuerdo de Schengen, un convenio europeo que reduce los controles fronterizos internacionales entre los países miembros. Al mismo tiempo, Suiza capeó con calma la crisis económica que sacudió la zona del euro en la década de 2010.


En 2010, Suiza firmó el FACTA. Esta ley aprobada por los Estados Unidos requiere que los bancos suizos divulguen la información de los clientes estadounidenses (no identificativa) anualmente al IRS.


En 2015, Suiza firmó los "Acuerdos de Rubik" con Alemania, Austria y el Reino Unido, que permiten a los titulares de cuentas bancarias suizas mantener el anonimato mediante el pago de impuestos atrasados predeterminados.


La relación de Suiza con la UE se complicó aún más en febrero de 2014. Los votantes suizos aprobaron un referéndum que imponía cuotas de inmigración y los términos del referéndum de 2014 se suavizaron considerablemente en diciembre de 2016, para no poner en peligro los acuerdos comerciales bilaterales con la UE.


Durante la actual guerra en Ucrania, Suiza dió un paso inédito. el El 28 de febrero de 2022, el Consejo Federal suizo tomó la decisión de adoptar los paquetes de sanciones impuestos por la UE los días 23 y 25 de febrero de 2022. Recientemente, Suiza prohibió la importación de carbón, madera, cemento, marisco y vodka, considerados importantes fuentes de ingresos para Rusia.


Suiza ha tenido una de las historias nacionales más exitosas de Europa, se enfrenta a problemas únicos en una época de paz y prosperidad. Sin embargo, el envejecimiento de la población y una mayor inestabilidad en el tablero internacional son retos clave que determinarán el futuro del estado helvético.


Bibliografía recomendada:

  1. Forbes, S., 2018. Switzerland Is A Great Economic Success. Why Don't More Countries Follow Its Example?. [online] Forbes. Available at: https://www.forbes.com/sites/steveforbes/2018/12/18/switzerland-is-a-great-economic-success-why-dont-more-countries-follow-its-example/

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