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Foto del escritorLaura Rodríguez

Indonesia, ¿un nuevo tigre asiático?

Actualizado: 15 oct 2022

Indonesia ocupa un papel energético y económico clave. Junto ello, su peso demográfico y geopolítico, ha consolidado a este país como uno de los principales mercados y tigres asiáticos. Con cerca de 230 millones de personas, se estima que, en 2030, este Estado, se convierta en una de las principales economías mundiales.


La República de Indonesia cada vez tiene mayor influencia en el área de Asia-Pacífico. Su relevancia estratégica en términos energéticos y económicos, en combinación con su peso demográfico y geopolítico, ha consolidado a este país como uno de los principales mercados y tigres asiáticos. Indonesia es hoy la mayor democracia islámica del mundo y la economía más grande del Sudeste Asiático.


Según la consultora, McKinsey Co., Indonesia podría superar a Alemania y al Reino Unido en 2030, convirtiéndose en la séptima economía del mundo. Asimismo, podría sumar 90 millones de personas a su "clase consumidora" en ese lapso, la mayor cantidad después de China e India.


Durante los primeros años del siglo XVI, viajeros europeos (españoles, portugueses, británicos y holandeses) comenzaron a explorar el archipiélago. Los portugueses fueron los primeros en llegar a Indonesia en 1512. No obstante, Países Bajos a través de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales (VOC), estableció una colonia en Java.


A inicios del siglo XX, comenzó a gestarse el nacimiento del actual estado indonesio donde, la figura de Sukarno es inseparable. Sukarno no sólo encabezaría el Partido Nacionalista Indonesio desde 1927, sino que, fue la cabeza visible del antiimperialismo. Este papel destacado hizo que fuera exiliado a Sumatra en 1938.




Durante la IIº Guerra Mundial (1939-1945), la mayoría de los indonesios acogieron con alegría a los japoneses como liberadores de sus colonizadores holandeses. El sentimiento cambió, sin embargo, cuando los indonesios se dieron cuenta de que se esperaba que aguantaran más dificultades para el esfuerzo de guerra japonés.


A diferencia de los neerlandeses, los japoneses educaron, entrenaron y armaron a muchos jóvenes indonesios y dieron voz política a sus líderes nacionalistas. Tras la IIºGM, Sukarno regresó de su exilio y junto con Muhammad Hatta se firmó la proclamación de la independencia en agosto de 1945.


Esta independencia no fue reconocida por los Países Bajos y se inició una Revolución nacional desde dicho año hasta 1949. Tras esta cruenta guerra, Indonesia lograría finalmente ser reconocida internacionalmente como un Estado soberano e independiente.


Antes de lograr la independencia, Sukarno difundió en un discurso una nueva doctrina llamada pancasila. La pancasila se articuló en torno a cinco principios: la creencia en un único y verdadero Dios, la deferencia de una humanidad justa y civilizada, la unidad de Indonesia, la promoción de la democracia deliberativa basada en la sabiduría interior de los representantes del pueblo y la justicia social para las gentes de Indonesia.


El pancasila se ha mantenido como la ideología del Estado durante todo el siglo XX hasta hoy en día. Además, esta doctrina ha permitido cohesionar el fracturado archipiélago y forjar una voz disidente con el sistema bipolar durante la Guerra Fría. Cabría mencionar que, en 1955, Indonesia fue la huésped e impulsora de la conferencia de Bandung, que estableció el Movimiento de Países No Alineados.


La Indonesia poscolonial se caracterizó por una elevada inestabilidad política, a la que Sukarno trató de responder instaurando una frágil “democracia guiada” en 1959. Asimismo, la división ideológica entre el Partido Comunista de Indonesia (PKI por sus siglas) y las Fuerzas Armadas indonesias dio lugar a un clima enrarecido.


La democracia guiada de Sukarno había generado malestar entre las potencias occidentales y algunos sectores del Ejército, fruto de esta inestabilidad, en 1966, Suharto logró obtener por la vía de la fuerza toda la autoridad del país.


Durante los treinta años que gobernó Suharto se emprendieron medidas de liberalización de la economía, que permitiría que Indonesia comenzara un despegue económico que duraría décadas. Este progreso económico fue a costa de un mandato enturbiado por una corrupción escandalosa, un ejercicio acostumbrado al uso de la violencia, y una política territorial de integración y centralización que trajo consigo diversos choques con movimientos secesionistas en Nueva Guinea y Timor Oriental.


Mapa 1: Composición etnocultural de Indonesia. Recuperado de: https://elordenmundial.com/indonesia-una-potencia-islamica-dormida-en-el-sudeste-asiatico/


Este primer despegue económico indonesio se vio truncado con la crisis del Sudeste Asiático. La devaluación de la moneda tailandesa (batt) en 1997, exacerbada por la aplicación de las recetas de austeridad del FMI, causaría enormes destrozos en la economía indonesia. El PIB se contrajo en un 14%, la pobreza aumentó de 20 a 80 millones de personas en un año y el ciclo de crecimientos cercanos al 7% del PIB alcanzados en los años precedentes experimentó una caída drástica.


Gráfico 1: Crecimiento anual del PIB anual en Indonesia. Recuperado de: http://i.investopedia.com/u53487/indonesia_3.jpg


En 1998, Suharto se vio obligado a abandonar el poder debido a las protestas y fue sustituido por su vicepresidente Bacharuddin Jusuf Habibie. Habibie recurrió a los tecnócratas económicos para hacer frente a la crisis financiera.


Las medidas del gabinete de Habibie tendrían éxito. A partir de mediados de 1998 y a lo largo de 1999, la inflación se redujo y las exportaciones no petroleras se reactivaron, consiguiendo que la economía de Indonesia mejorara gradualmente.


En los últimos años, Indonesia atravesó un importante cambio estructural con la celebración de las primeras elecciones democráticas en 2004. Durante estos años, Susilo Bambang Yudhoyono, el candidato del Partido Democrático (SBY) fue el primer presidente elegido democráticamente.


Durante el mandato del SBY, la producción de carbón, aceite de palma y azúcares aumentó significativamente, impulsando la economía indonesia. No obstante, esta liberalización tuvo resultados limitados en temas cruciales para la sostenibilidad fiscal y fue limitada por la corrupción endémica del país.


En el plano internacional, el SBY aprovechó la posición de Indonesia como enclave colindante a las transitadas rutas comerciales marítimas del Indo-Pacífico, y estableció asociaciones estratégicas con China, India y EE.UU. Además, mantendría una línea de no injerencia con la política de los “mil amigos y cero enemigos” y una posición favorable a potenciar su comercio exterior e inversiones.


En 2014, llegaría al poder el outsider Joko Widodo, conocido como Jokowi, prometió una transformación profunda del tablero político nacional. Una de las prioridades de Jokowi era relanzar el crecimiento económico del país hasta un 7% del PIB, facilitando la inversión y el emprendimiento, a través de la atracción de capital extranjero e industrias tecnológicas.


Jokowi no ha podido evitar la ralentización de las tasas de crecimiento y reducir la brecha de infraestructuras que sufre el país. Hoy en día, el 80% del crecimiento económico indonesio se genera en su parte occidental, concretamente en la isla de Java.


El presidente Jokowi poco después de ganar su segundo mandato en 2019, anunció el traslado de la capital, de la actual Yakarta, en Java a Kalimatan, en la isla de Borneo. El objetivo es, en parte, aliviar la presión sobre la congestionada Yakarta y centralizar simbólicamente el gobierno, que se considera demasiado centrado en Java. Debido a la actual pandemia del SARS-CoV-2, se espera que Kalimatan sea la capital en 2024.


El SARS-CoV-2, contrajo la economía de Indonesia, un 2% interanual en 2020 y, el gobierno ha intentado equilibrar la economía y la salud pública en medio de la pandemia. Aunque la economía parece haber pasado lo peor de la crisis, su trayectoria futura sigue sin estar clara.


El 14 de octubre de 2021, el gobierno indonesio decidió reabrir Bali a los visitantes internacionales. El turismo a la isla es vital para los planes de invitar a más inversores extranjeros y acoger la cumbre del G20 en 2022. Indonesia pretende utilizar el evento mundial para mostrar su capacidad de controlar la pandemia y contribuir a las agendas internacionales sobre la recuperación de la pandemia, el cambio climático y la digitalización.


Sin embargo, el crecimiento de la inversión este año no ha vuelto a su nivel pre pandémico. El consumo de los hogares, el mayor componente del PIB, también sigue siendo débil, a pesar del enorme estímulo fiscal, equivalente a unos $51.700 millones, debido a la burocracia y a los estrictos controles del gobierno en las diferentes autoridades locales.


A ello, hay que añadir que en los últimos años se ha producido un aumento del radicalismo religioso. Una encuesta realizada a 4.200 estudiantes por Alvara Research Consulting en 2017, reveló que uno de cada cinco estudiantes apoya la formación de un califato para cambiar el sistema de gobierno indonesio.


En política exterior, Jokowi ha pasado de la línea de los “mil amigos y cero enemigos” hacia el dominio marítimo, concretamente, en la industria pesquera y la protección del litoral, para evitar intrusiones de barcos extranjeros en sus costas.


Recientemente en la prensa israelí se informó que, Israel está en contactos para normalizar las relaciones con Indonesia. Un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí confirmó a que los contactos se están llevando a cabo entre bastidores, facilitados por Estados Unidos.


Tanto Israel como Estados Unidos han expresado su deseo de que los acuerdos de normalización se amplíen para incluir a otras naciones árabes y musulmanas. No hay que olvidar que, Indonesia cuenta con la mayor población musulmana del mundo, con 231 millones de habitantes.


Bibliografía recomendada:

2020. Indonesia Energy Sector Assessement, strategy and road map. [ebook] Asian Development Bank. Available at: https://www.adb.org/sites/default/files/institutional-document/666741/indonesia-energy-asr-update.pdf

Rajah, R., 2018. Indonesia's economy: Between growth and stability. [online] Lowyinstitute.org. Available at: https://www.lowyinstitute.org/publications/indonesia-economy-between-growth-and-stability


Artículo original publicado en verano de 2020, en ThePoliticalRoom. Para mayor información: https://thepoliticalroom.com/indonesia-un-nuevo-tigre-asiatico/

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