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Foto del escritorLaura Rodríguez

Nota: XX Congreso del Partido Comunista en China

Uno de los aspectos más relevantes de este congreso fue la expulsión del expresidente chino, Hu Jintao. Sin embargo, el XX congreso se clausuró con la consolidación de Xi Jinping a las riendas de China, y varios cambios que marcan el final de una página en China.



La economía china no pasa por su mejor momento. Recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó la previsión de crecimiento de China al 4,4%. Uno de los principales problemas es la crisis del sector inmobiliario, que representa cerca del 30% del PIB. La guerra en Ucrania, el encarecimiento de las materias primas, sobre todo, gas y crudo y la política de Covid cero son tres factores clave que ralentizan la economía china. Esta cuestión económica está siendo objeto de estudio a nivel global, pero esta semana, se celebró el XX Congreso del Partido Comunista chino (PCCh) que marca el fin de una época.


Antes de entrar a clarificar las principales cuestiones durante este congreso. El Congreso Nacional del PCCh es uno de los tres órganos clave que gobierna China. Se determina el liderazgo del Partido, eligiendo al Comité Central y a su secretario general, quien es presidente el estado. A su vez, se plantean las principales políticas y directrices que definirán la política china durante los próximos cinco años. En esta ocasión, los ojos se fijaron el el actual mandatario chino, Xi Jinping.


Durante un discurso de 2h, el presidente chino, Xi Jinping se centró en gran medida en cuestiones internas, pero también proporcionó una visión útil de cómo Xi y los líderes del Partido ven el mundo y el lugar de China en él. En política exterior, Xi compartió que China está entrando en un periodo "en el que las oportunidades estratégicas, los riesgos y los desafíos son concurrentes". Además, se pide que se refuercen "[los mecanismos] para contrarrestar las sanciones extranjeras, la interferencia y la jurisdicción de largo alcance". Desde la injustificada invasión de Rusia a Ucrania, Pekín está preocupada por las sanciones económicas que se impusieron a Moscú.


Por ende, esto ha impulsado el deseo entre los círculos de poder chinos de impulsar la autosuficiencia de China y proteger la economía de potenciales impactos de las sanciones. En consecuencia, la rivalidad entre EE.UU. y China irá aumentando con el paso del tiempo, sobre todo en un campo clave, la tecnología.


Un detalle que no se ha mencionado al respecto fue la celebración de una reunión de urgencia. Recientemente, la administración estadounidense impuso sanciones contra el sector de los semiconductores chino. Ninguna empresa podrá suministrar a las empresas chinas determinados semiconductores fabricados en cualquier lugar del mundo con tecnología estadounidense. Además, se prohibe a las empresas estadounidenses que puedan exportar herramientas para la fabricación de semiconductores avanzados.


Desde hace años, Pekín impulsó el plan Made in China 2025 con el objetivo de ser líder en áreas clave como robótica y microchips. El desarrollo de altas tecnologías depende de los microchips/semiconductores donde EE.UU. sigue siendo el líder y China es altamente dependiente. En este sector, es importante destacar otro actor clave y que también está en el punto de mira de Pekín, Taiwán.


En línea con las directrices trazadas, Pekín considera la unificación con Taiwán como "un requisito natural para realizar el rejuvenecimiento de la nación china". Dado que el partido se ha fijado como objetivo alcanzar el rejuvenecimiento nacional a mediados de siglo, en 2049. Por un lado, en este congreso el presidente chino fue más explícito oposición china a la "injerencia extranjera" en los asuntos relacionados con Taiwán, mostrando un mayor apoyo internacional, sobre todo, de EE.UU. a Taipéi. Por otro lado, "la oposición y la contención de la independencia de Taiwán" pasará de estar en el preámbulo al articulado de la consitución de la República popular de China.


Tradicionalmente, durante en el Congreso del Partido se produce un relevo de la cúpula directiva, incluido de su secretario general tras dos mandatos. Esta norma fue introducida por Deng Xiaoping, el arquitecto de la actual China, para forjar un consenso y evitar cambios bruscos en la política china. Sin embargo, dentro del 19º Congreso del Partido en 2017, Xi Jinping cambió las reglas para poder gobernar efectivamente de por vida y eliminar a potenciales rivales políticos.


Uno de los echos que más llamó la atención fue la expulsión del ex presidente chino, Hu Jintao muy crítico con las políticas de Xi. Bajo la presidencia de Hu entre 2003-2013, se mantuvo un modelo de mayor apertura y un perfil más centrado en la economía. Durante el último día del congreso, el mandatario chino, Xi Jinping reveló la composición del Comité Permanente del Politburó, el máximo órgano de gobierno de China.


Los aliados de Xi, Li Qiang, Cai Qi, Ding Xuexiang y Li Xi se unieron a los actuales miembros Wang Huning y Zhao Leji para formar el círculo íntimo de Xi. Una figura a destacar es Li Qiang. Li supervisó el confinamiento de Shanghai y salió inmediatamente en apoyo de Xi, sucediendo al primer ministro Li Keqiang (crítico con Xi) como número dos de China.


En conclusión, tras este congreso, la confrontación entre EE.UU. y China irá incrementándose en los próximos años, con el ojo de mira en el sector tecnológico. Además, la retórica más nacionalista hará que Taiwán juegue una pieza cada vez más relevante para EE.UU. y en el tablero internacional. Una primera repercusión fue el debilitamiento del yuan y la caída de las acciones del país al nivel más bajo desde 2008. Esta caída fue más pronunciada en el sector tecnológico chino, que estuvo en el ojo de mira de Xi. El tiempo confirmará si este congreso marca un punto y aparte de las directrices que guiaron a China desde 1979, centrado en el mercado y la economía o un perfil más intervencionista.





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