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Foto del escritorLaura Rodríguez

¿Por qué ahora?

Actualizado: 20 oct 2023

El grupo terrorista, Hamás, lanzó un brutal ataque sin precedentes contra Israel desde Gaza, asesinando, violando y secuestrando a decenas de militares y civiles.



El pasado sábado, 7 de octubre, el grupo terrorista, Hamas, que gobierna la Franja de Gaza desde 2007, lanzó un ataque masivo contra Israel. Sus integrantes se infiltraron y conquistaron territorio israelí, sorprendiendo al Ejército israelí y al mundo. Este ataque coincidió con el 50 aniversario de la guerra del Yom Kippur de 1973.


Este ataque no sólo ha sido un shock para la sociedad israelí, sino también para una gran parte del mundo. El Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, afirmó que : "Sé que habéis experimentado momentos terribles. Lo que experimentará Hamás será duro y terrible. Estamos ya en medio de la batalla y solo acabamos de empezar".


El ataque coordinado de Hamas tomó a Israel por sorpresa, en un episodio negro en la historia reciente de este estado.


Este ataque podría poner en jaque años de progreso en las relaciones bilaterales entre Israel y varios estados árabes. Asimismo, se produce después de meses de empeoramiento de las tensiones por la violencia.


En los meses previos al ataque sorpresa del sábado, los enfrentamientos habían aumentado entre las fuerzas israelíes y los palestinos, particularmente en Cisjordania y en menor medida en la Franja de Gaza. También, ha habido ataques terroristas en Israel. Incluido cuando un pistolero palestino mató a tiros a siete personas cerca de una sinagoga en enero de este año.


Aparte de la pregunta de por qué los servicios de inteligencia israelíes no previnieron el ataque, este artículo quiere desgranar el por qué de este ataque en este momento y de sus repercusiones. Para entender el por qué de este ataque se debe a tres motivos: geopolítico, la causa palestina y la división interna israelí.


El primer objetivo de Hamás es geopolítico. Busca dejar en evidencia a los países árabes y torpedear los acuerdos de normalización con Israel. Desde 2020, bajo los Acuerdos de Abraham los: Emiratos Árabes, Baréin, Sudán y Marruecos establecieron lazos con Israel. Otros, como Omán, Catar y Arabia Saudí, están acercando posturas con el Gobierno israelí.


Este cambio de postura se debe por la presión de Estados Unidos, pero también el que Israel sea un atractivo socio comercial al que comprarle armas y tecnología. Este acercamiento, estaba dejando de un lado la causa palestina, clave para el mundo árabe, sobre todo, para la población civil. La mecha que llevó a cabo fue el acercamiento entre Israel y Arabia Saudí, que cambiaría la geopolítica de la región. Riad es el hegemónico del mundo árabe suní y acoge 2 de los lugres sagrados para el islam. Torpedear este acuerdo ha sido un objetivo clave.


La segunda razón, es la propia causa palestina. Palestina se divide en dos partes: Cisjordania y la Franja de Gaza. Gaza es una estrecha franja de tierra encajada entre Israel y Egipto, controlada por Hamás desde 2007. Sus más de 2 millones de residentes han soportado un bloqueo fronterizo impuesto en diversos grados por Israel y Egipto.


Durante los últimos años, la causa palestina ha perdido peso en la política internacional. La guerra en Ucrania y su foco mediático, ha hecho que las dinámicas de la región y las tensiones entre los israelíes y palestinos, pasara a otro plano. Es importante remarcar la siguiente aclaración.


Los palestinos está gobernados por dos facciones enfrentadas. Por una parte, el grupo terrorista Hamás. Este grupo es reconocido como formación terrorista por EE.UU., la UE y otros estados y no reconoce el Estado de Israel. Asimismo, no es un interlocutor reconocido internacionalmente para Palestina. El grupo, apoyado por Irán, ha utilizado explosivos y cohetes, junto con atentados suicidas y secuestros, para atacar a Israel. Según el Wall Street Journal, Irán se pudo reunir con cargos de Hamás y Hezbollah para planificar el ataque.


Por otra parte, está la Organización para la Liberación de Palestina, liderada por Fatah, gobierna Cisjordania y reconoce a Israel y no es islamista. Asimismo, Fatah mantiene un conflicto interno con Hamás por el liderazgo de Palestina. Fatah ha colaborado con Israel y esta postura de cooperación de la OLP es cada vez más criticada entre los palestinos. Junto a ello, la corrupción y la no convocatoria de elecciones palestinas desde 2005, ha hecho que las críticas hacia OLP se intensifiquen.


Hamás ha perdido peso y apoyo dentro de la población palestina, sobre todo, en la Franja de Gaza. En Gaza, recientemente se produjeron protestas y milicias alternativas, que son reprimidas con fuerza. Este ataque permitiría recuperar peso interno y humillar a Israel. Cabría mencionar que, el 53% de los palestinos cree que la lucha armada es la mejor manera de acabar con la ocupación israelí, frente a solo el 20% que prefiere las negociaciones.


El último motivo es lograr respaldo internacional y la debilidad interna en Israel. Tras la división interna y la repetición de las elecciones en Israel, supremacistas judíos, como Itamar Ben Gvir, que alguna vez fueron marginales se les han otorgado puestos clave en el gobierno de extrema derecha del primer ministro Benjamín Netanyahu, lo que ha exacerbado aún más las tensiones.


A ello, el gobierno de Israel ha planeado cambiar la legislación para cambiar la forma en que funciona el sistema judicial israelí y controlar la justicia. Miles de personas (civiles y militares) se han echado a la calle en contra de la propuesta del ejecutivo por todo el país.


De un lado, este ataque hace ver a Israel que no es invulnerable y puede ser humillada, y que no habrá paz mientras continúe “la ocupación”. Asimismo, abre una fractura interna en Israel.


De otro lado, Israel responderá con dureza a este ataque y no se descarta una invasión terrestre israelí en la franja, que podría provocar una condena internacional contra Israel y minar el apoyo hacia Israel, sobre todo, en la Unión Europea, EE.UU y ciertos estados árabes (Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, entre otros). La contundencia y respuesta al ataque de Hamás podría comprometer la supervivencia de los Acuerdos de Abraham y golpear a Israel.


Este ataque perjudica a EE.UU. y a la UE. Washington lleva años haciendo de mediador entre Israel y varios estados árabes, y esperaba el reconocimiento saudí de Israel. Esta posible negociación y reconocimiento uniría a estas dos potencias frente a Irán y permitiría a Washington concretar sus esfuerzos en China. Por parte de la UE, si el conflicto se prolonga o escalara desestabilizaría a la UE y podría causar una mayor división interna por las olas de refugiados.


Asimismo, este ataque y el inicio de una nueva guerra ha hecho que los precios de la energía (gas y crudo) suban y el cierre de un yacimiento de gas (Tamar) israelí.


Por una parte, el precio del gas, que se negocia en forma de TTF (Title Transfer Facility), ha sufrido una subida de hasta el 12%. Por otro lado, el barril de Brent ha subido cerca de un 4% en apenas unas horas y los analistas prevén que en las próximas semanas se vuelvan a tensionar. El barril ha escalado hasta los 86 euros.


El tiempo dirá si este intento permitirá que si este ataque escala en una mayor intensidad, alterando la geopolítica de Oriente Medio y de otras regiones.






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