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Foto del escritorLaura Rodríguez

¿Qué impacto podrían tener las protestas en Georgia?

Actualizado: 11 may

Esta pequeña nación del Cáucaso vive un momento crítico. Desde el pasado 9 de abril de 2024, Georgia se ha visto afectada por multitudinarias protestas antigubernamentales. Las protestas se producen a través de un controvertido proyecto de ley de "agentes extranjeros". 


Foto 1: Partidarios del partido de la oposición georgiana asisten a una protesta contra un proyecto de ley sobre «agentes extranjeros» en Tiflis, Georgia, 1 de mayo de 2024. Fuente: https://www.euractiv.com/section/enlargement/news/georgian-pm-lashes-out-at-us-eu-as-protests-against-foreign-agents-law-continue/


En la capital, Tiflis, miles de personas han salido a la calle todos los días para protestar contra un proyecto de ley. En estas protestas, la policía antidisturbios georgiana disparó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes. En este artículo se arrojará algo de luz del por qué de las protestas y su repercusión.


Antes de todo, es importante ver algo de historia. Georgia ha sido siempre una zona que actuaba de tapón entre los grandes imperios. Este territorio ha sido controlado por los otomanos, persas y los rusos. Tiflis se independizó en 1991 de la URSS , reclamando como parte de sus territorios a Osetia y Abjasia. Sin embargo, ni Osetia y Abjasia estaban dispuestas a permanecer con Georgia. Esto marcaría la década de los 90 como caótica y violenta, salpicada de tensiones étnicas y luchas por el poder.


Con la creación del nuevo estado, Gamsajurdia y Shevardnadzde se convertirían en las dos figuras más importantes del país. Gamsajurdia, cerró periódicos y ordenó a la policía disparar sobre manifestantes, hicieron que parte del Ejército se pusiera en su contra. A finales de 1991, tuvo que hacer frente a un intento de golpe de Estado que se transformaría en guerra civil. Tras este autoritarismo y una pugna por el poder, Shevardnadze se hace con el poder y tendría el apoyo de Moscú, hasta finales de los 90.


A su vez, Tiflis tuvo que hacer frente a una cruenta guerra en Abjasia, entre 1991-1992 y en Osetia del Sur en 2008. Ambas regiones con ambiciones secesionistas, enfrentaron a Georgia, que estaba pivotando hacia la UE y EE.UU., con estas regiones apoyadas por Rusia. El conflicto entre ambas regiones y Tiflis todavía sigue congelado. Durante estas guerras, se sabotearon o bloquearon oleoductos y enlaces de transporte clave para Georgia. 


Mapa 1: ubicación de Georgia con Abjasia y Osetia del Sur. Fuente: https://marcandoelpolo.com/abjasia-abkhazia-paises-casi-no-paises/


Los conflictos y el desgaste interno de Rusia hicieron que Shevardnadze decidiera dar un giro en su diplomacia y estrechar sus lazos con la OTAN y la UE. Entre la década de 1990 y los 2000, Shevardnadze mantuvo un tímido acercamiento hacia EE.UU. y la UE, pero sin descuidar los lazos con Moscú.


Internamente, Georgia vivió una grave crisis económica, derivada de una  mala gestión y la escasez de suministros energéticos desde Rusia. A su vez, la crisis de finales de los 90 en Rusia afectaría negativamente a Georgia. Estos motivos tambalean el apoyo interno a Shevardnadze. Cabría mencionar que en 2002 Georgia perdió el acceso a los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI por sus siglas), lo que aumentó aún más la deuda del país, fomentó la corrupción entre los funcionarios. 


Durante estos años, entraría en la escena política georgiana una figura clave, Mijeíl Saakashivili. 


En octubre de 2000, Saakashvili fue nombrado ministro de Justicia y emprendió la reforma del sistema judicial y la mejora de las condiciones penitenciarias. Al año siguiente, en 2001, Saakashvili se enfrentó directamente al Presidente Shevardnadze y dimitió de sus funciones de ministro. Fue reelegido diputado en unas elecciones parciales en 2001, y en noviembre declaró su oposición abierta a Shevardnadze y fundó el Movimiento Nacional Unido (MNU). 


Al año siguiente, en 2003, se celebraron elecciones en Georgia. El principal líder de la oposición, Mijeíl Saakashvili. Saakashvili era el candidato favorito en los sondeos. Las elecciones dieron como vencedor al partido del Gobierno con un 21% de los votos, frente al 18% de Saakashvili. El resultado de los comicios fue denunciado y encadenó fuertes protestas. Esto marcaría el inicio de la “Revolución de las Rosas”. 


Tras intensas protestas, Saakashvili prometió la celebración de nuevas elecciones en 2004. Esta revolución triunfó sin derramamiento de sangre, gracias a la mediación del ministro de Exteriores ruso, Ígor Ivanov.


En 2004, Saakashvili fue elegido en las elecciones presidenciales de 2004 por un 96% de los votos y su partido obtuvo también mayoría en el Parlamento. El nuevo presidente prioriza los lazos con EE.UU. y la UE, por ejemplo, solicitó el ingreso de Georgia en la OTAN.


Asimismo, una política clave fue mantener unido al país frente a los movimientos secesionistas de las repúblicas étnicas georgianas de Abjasia, Ajaria y Osetia del Sur. Esto chocaría de frente con Moscú, que apoyaba a los separatistas de esas regiones. Saakashvili lograría solventar el problema con Ajaria.


Otra de las prioridades de Saakashvili fue la economía. Durante su mandato, la economía de Georgia pasó de una economía no abierta al mercado a una economía de libre mercado.


Una medida fue la reducción del número de impuestos de 21 a seis: un impuesto único sobre la renta de las personas físicas del 20%, un impuesto sobre los beneficios del 15%, un impuesto sobre el valor añadido (IVA) del 18%, un impuesto de aduanas variable e impuestos sobre la propiedad de hasta el 1% del valor autoevaluado de la propiedad.


De 2004 a 2009, la mejora de la recaudación, la administración de impuestos y la privatización generalizada de activos estatales aumentaron considerablemente los ingresos públicos. Gracias a estas medidas, Tiflis pudo pagar los atrasos de salarios y pensiones y aumentar el gasto en infraestructuras que se necesitaban desesperadamente, como carreteras y sistemas de suministro de energía eléctrica. 


Estas inversiones permitieron que los cortes de electricidad cesaran. Gracias a la conservación, las nuevas fuentes hidroeléctricas y la disponibilidad de nuevas fuentes de gas natural en Azerbaiyán, Georgia ha reducido significativamente su dependencia histórica de Rusia para el suministro energético.


Tiflis pasó de un Estado casi en quiebra en 2003 a una economía de mercado que funciona. En 2007, el Banco Mundial nombró a Georgia número uno del mundo en reformas económicas, y ha situado sistemáticamente al país a la cabeza de su índice de facilidad para hacer negocios.


En el plano diplomático, Saakashvili acercó Georgia hacia Occidente, sobre todo, hacia la UE. Un ejemplo de ello fue el 2 de octubre de 2006 se publicó una declaración conjunta sobre el texto acordado del Plan de Acción Georgia-Unión Europea en el marco de la Política Europea de Vecindad (PEV)


Saakashvili lograría la reelección en 2008. En ese mismo año, Georgia se enfrentó a los combatientes separatistas locales y a las fuerzas rusas en Osetia del Sur, que habían cruzado la frontera con la intención declarada de defender a los ciudadanos rusos y a las tropas de mantenimiento de la paz rusas. El conflicto también se extendió a la región de Abjasia y al resto del país. Georgia y Rusia firmaron un alto el fuego con mediación francesa que exigía la retirada de las fuerzas rusas. 


Además de expulsar a los georgianos de Osetia del Sur, el gobierno ruso reforzó su presencia militar en Abjasia, otra república separatista ubicada en el noroeste de Georgia y con costa sobre el mar Negro. Después de la guerra en 2008, una mayoría de la población georgiana siente una profunda hostilidad hacia Rusia.


Durante el segundo mandato de Saakashivili la crítica contra su política y mandato, se acrecentó. En este contexto, surgiría un partido político rival, Sueño Georgiano,  liderado por el multimillonario Bidzina Ivanishvili. Esta formación política mantuvo los mismos planteamientos económicos y en política exterior. 


Saakashvili dejaría las riendas del poder en 2013 y abandonó abandonó el país entre amenazas de que también sería investigado por corrupción. Georgia lograría tener una transición pacífica del poder tras las elecciones parlamentarias y presidenciales de 2012 y 2013. 


La elección del miembro del “Sueño Georgiano”, Giorgi Margvelashvili como presidente en 2013 coincidió con un traspaso general de poder del presidente al partido gobernante en el Parlamento. Este traspaso del poder se debe a varios cambios constitucionales aprobados en 2010 transfirieron una importante autoridad ejecutiva del presidente al primer ministro.


En las elecciones de 2016, Sueño Georgiano perdió popularidad pero ganó decenas de escaños. Obtuvo menos de la mitad del voto popular, pero obtuvo tres cuartas partes de los escaños del parlamento. Asimismo, en las elecciones presidenciales de 2018, Salome Zurabishvili, candidata independiente respaldada por Sueño Georgiano, ganó en segunda vuelta con el 59% de los votos y se convirtió en la primera mujer presidenta del país.


Los nuevos ejecutivos continuaron con las políticas de libre mercado, baja regulación y baja fiscalidad del gobierno anterior y acercándose a Occidente, sobre todo, a la UE. Con el paso de los años, Sueño Georgiano, viró su postura de ser defensor de la integración en la Unión Europea a buscar evitar las asperezas con Rusia. Es importante recalcar que, la mayoría de los georgianos cree que el desarrollo económico y la seguridad del país dependen de la integración euro atlántica y que volverse hacia Rusia no es una opción.


Desde 2014, Georgia forma parte de la Zona de Libre Comercio de la Unión Europea, y la UE sigue siendo el mayor socio comercial del país, con más de una cuarta parte de la facturación comercial total de Georgia. En 2015, se firmó un pacto comercial con la UE, aumentando el comercio bilateral.


La tensión interna se incrementa desde 2019. En junio de 2019, un legislador ruso pronunció un discurso desde el escaño del presidente del parlamento de Georgia mientras el edificio del parlamento de Georgia acogía una conferencia internacional de legisladores de países cristianos ortodoxos. La escena indignó a los georgianos, que salieron a la calle a protestar. 


No obstante, en 2020, Sueño Georgiano recuperó parte de su popularidad debido a la rápida gestión de la pandemia de COVID-19 por parte del gobierno. Esto permitiría que Sueño Georgiano recuperara el poder en las elecciones Parlamentarias de 2020. 


En octubre de 2020 estalló en este país una crisis política. Los partidos de la oposición afirmaron que las elecciones parlamentarias estaban amañadas. La oposición se negaba entonces a entrar en el Parlamento mientras el partido líder, Sueño Georgiano, formaba un nuevo Gobierno.


Mientras la crisis se prolongaba, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, intervino personalmente para negociar un acuerdo y hacer que todos los partidos volvieran a la cámara legislativa. El acuerdo también proponía una serie de reformas electorales y judiciales, aunque Sueño Georgiano retiró posteriormente su firma. En 2020, en un dictamen de la Comisión sobre la candidatura de Georgia a la Unión Europea (UE por sus siglas), que excluyó una recomendación para concederle el estatus de candidato a la UE.


Pese a la insistencia y el compromiso de Sueño Georgiano con la candidatura de Georgia a la UE y la OTAN y apoyada según los sondeos de opinión por el 80% de la población;  Sueño Georgiano ha virado más a favor de Rusia. Por ejemplo, esta formación política se ha mostrado en contra de las sanciones contra Rusia después de la invasión a Ucrania en febrero de 2022 y tomó medidas para aumentar la colaboración con el Kremlin. A su vez, Tiflis llegó a prohibir la entrada en el país a algunas figuras de la oposición y periodistas rusos, en un momento en que Georgia se había convertido en un destino clave para los exiliados rusos de la guerra.


El gobierno de Georgia intentó aprobar la ley de "agentes extranjeros". Bajo esta ley, se exige que las ONG y los medios de comunicación que reciban más del 20 por ciento de la financiación del extranjero se registren en el Ministerio de Justicia o se enfrenten a multas. También serían monitoreados por el Ministerio de Justicia de Georgia y podrían verse obligados a compartir información confidencial, o enfrentarse a fuertes multas.


Este proyecto de ley ha sido apodada como "La Ley Rusa". Esta legislación  es prácticamente igual a la que fue aprobada por el Kremlin en 2012 para reprimir a los grupos de presión contra el Gobierno de Vladímir Putin. En Rusia, cientos de periodistas, políticos, organizaciones de defensa de los derechos, grupos ecologistas, redes de apoyo al colectivo LGBT y otros colectivos han sido incluidos en la lista de agentes extranjeros. El uso del término agente extranjero, conlleva connotaciones de espionaje en torno a potenciales organizaciones críticas con el gobierno


Miles de ciudadanos se manifestaron y lograron dar marcha atrás tras una semana de intensas protestas. Tras estas protestas, la UE le otorgó el estatus de candidato en diciembre de 2023.


En 2024, el gobierno georgiano volvió a reintroducir el proyecto de ley  de "agentes extranjeros"


Bajo este proyecto de ley, se exige que las ONG y los medios de comunicación que reciban más del 20 por ciento de la financiación del extranjero se registren en el Ministerio de Justicia o se enfrenten a multas, lo que genera preocupaciones sobre una represión al estilo del Kremlin y un posible procesamiento.  


A su vez, las ONGs y las organizaciones de la sociedad civil de Georgia participan en el seguimiento de las elecciones. A finales de este año, se celebran elecciones parlamentarias en Georgia. Sueño Georgiano, el principal partido en el gobierno, ve la ley como un medio para mantener a raya a la oposición y maximizar sus posibilidades de mantener su mayoría parlamentaria. 


Pero para los georgianos partidarios de la UE, esto representa una seria amenaza a las aspiraciones del país de unirse al bloque y de un acercamiento con Rusia. Es importante remarcar que a Georgia se le concedió el estatus de candidato a la UE en diciembre pasado y las encuestas sugieren que alrededor del 80% de la población está a favor de unirse. Este estatus de candidato a la adhesión a la UE, está condicionado a que Georgia siga avanzando en reformas internas clave para poder acceder al bloque comunitario.


Foto 2: Partidarios del partido de la oposición georgiana asisten a una protesta contra un proyecto de ley sobre «agentes extranjeros» en Tiflis, Georgia, 1 de mayo de 2024. Fuente: https://www.euractiv.com/section/enlargement/news/georgian-pm-lashes-out-at-us-eu-as-protests-against-foreign-agents-law-continue/ 


En clave interna, durante varios días consecutivos, miles de manifestantes asediaron el edificio del Parlamento en un intento de bloquear la aprobación del proyecto de ley y se enfrentaron a la policía. La policía utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a la multitud. 


La Unión Europea, las Naciones Unidas y Estados Unidos han condenado la legislación. Tanto Bruselas como Washington han dicho que la adopción de la ley de agentes extranjeros sería perjudicial para las ambiciones europeas de Georgia. 


Pese a la presión interna y externa, el poder legislativo aprobó el miércoles la segunda lectura del proyecto de ley, y se espera que la tercera y definitiva se realice a finales de este mes. 


Las últimas protestas ponen de manifiesto la profundización de las divisiones en un país ya de por sí polarizado. En clave internacional, Georgia tiene una ubicación geográfica clave, en una región surcada por oleoductos y gasoductos que bordea el Mar Negro. Estas infraestructuras energéticas serían clave para la UE para mantener su política de diversificación energética (gas y crudo) de Rusia.  


En caso de aprobarse este proyecto de ley, Georgia podría alejarse más de la UE y acercarse a Rusia. Esto podría cambiar los continuos cambios de dinámicas diplomáticas en el Cáucaso, en el complejo tablero de ajedrez en esta región.


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