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Foto del escritorLaura Rodríguez

Turquía en Asia Central, ¿vuelta a las raíces o pragmatismo?

Actualizado: 2 dic 2023

Asia Central es una región clave en la geopolítica mundial y poco estudiada. En las últimas décadas, Ankara ha mostrado mayor interés en esta región y ha usado dos herramientas para ganar influencia.

Según el político y geógrafo inglés, Halford J. Mackinder en la teoría del "heartland" afirmaba que quien controlara la zona de Asia central tenía muchas probabilidad de controlar el resto de Asia y Europa y obtener una posición privilegiada para controlar el mundo. Hay discrepancias con respecto a esta afirmación, pero en los últimos años Asia Central ha vuelto al tablero geoestratégico donde las grandes potencias están jugando partidas claves.


En un anterior artículo, se analizó cómo China está jugando sus cartas en la región. El proyecto más importante para Pekín, el "La Nueva Ruta de la Seda" fue presentado en Kazajistán en 2013. Sin embargo, hay otro actor que silenciosamente también ha ganado peso en esta región, Turquía.


Los vínculos entre Ankara y los estados de Asia Central se remontan a siglos atrás. Sin embargo, los lazos recientes entre ambos actores se remontan a finales del siglo XX.


Tras el fin de la II Guerra Mundial, Turquía se convertiría en uno de los aliados más importantes para EE.UU. militarmente y a nivel geoestratégico. Esto conllevaría que, durante décadas, Ankara priorizase sus relaciones exteriores con Occidente, por ejemplo, la prolongada anexión a la Unión Europea, desde los años 60'.


No obstante, con el desmoronamiento de la Unión Soviética, dentro de Turquía se discute empezar a cambiar sus objetivos en política doméstica e internacional. Tras la larga tensión sobre una hipotética adhesión a la actual Unión Europea, Turquía realizó un giro de 180º y miró hacia al este.


Ankara fue uno de los primeros estados en reconocer la independencia de Kazajistán, Tayikistán, Kirguistán, Uzbekistán y Turkmenistán.


Turquía envió una invitación a sus respectivos líderes, con la excepción de Tayikistán, a Ankara como primer viaje oficial al extranjero. Pese a los profundos lazos culturales y lingüísticos, Moscú ha mantenido una fuerte influencia en la región y Ankara fracasaría en este primer intento. Asimismo, Turquía tenía que hacer frente a una serie de cuestiones internas en materia económica y en terrorismo.


A su vez, se creó la Agencia Turca para la Cooperación y Coordinación (TİKA) y Asia Central se convirtió en la principal región receptora de fondos y proyectos llevados a cabo por dicha agencia y en 1993, se fundó la Organización Internacional de la Cultura Túrquica (Türksoy), que sentaría un precedente para la fundación del Consejo Túrquico.


A partir de 2003, esta estrategia cambiaría a partir de la llegada del AKP al poder en Turquía. En una primera instancia, la sociedad civil y política turca mantenía una posición favorable a la adhesión turca a la Unión Europea y a Occidente. Junto a ello, Ankara experimentaría un rápido crecimiento y desarrollo económico.


Esta etapa cambiaría a partir de 2008 y 2009, Turquía deja de ver a EE.UU. y a la UE como socios cruciales. Este alejamiento con EE.UU. y la Unión Europea se aceleraría tras las Revueltas Árabes en 2011. Ankara vería a Moscú como un actor importante en esta región y decidiría cooperar con Rusia. Al mismo tiempo, Ankara buscaría alzarse como actor independiente y potencia regional buscando recuperar su influencia.


Además, en 2019, Ankara declaró la gran prioridad a las relaciones con los países de Asia Central como parte de su Nueva Iniciativa Asiática, que ha ido acompañada de una actividad diplomática sin precedentes y de enormes inversiones.


Fuente 1: Turkey’s exports to Central Asia, million $ ("Exportaciones de Turquía hacia Asia Central, en millones de dólares estadounidenses"). Recuperado de: https://www.eurasian-research.org/publication/trade-between-turkey-and-central-asia/


La actual estrategia de Turquía va a acorde a su manera de concebir las relaciones internacionales. Su plan se centra en dos ejes para lograr que los Estados de Asia Central jueguen en torno a sus intereses. Por una parte, Ankara se concentró en el llamado "poder blando" en el plano religioso, cultural, mediático y educativo.


Por una parte Ankara se centró en el poder blando. Periódicos turcos como Zaman, en manos del polémico clérigo Fetullah Güllen se distribuirán en estos estados en los respectivos idiomas de la región, tanto en alfabeto cirílico y en el alfabeto latino con caracteres del idioma turco. Esta estrategia tendría éxito, ya que, en esta región no había un organismo centralizado o estructurado que aclaraba las normas y estructuras lingüísticas. Cabría mencionar que, a principios del siglo XXI, países como Uzbekistán o Kazajistán abandonarían o están a punto de abandonar el alfabeto cirílico a favor del alfabeto latino con caracteres turcos.


En 2014, las sanciones impuestas por la Unión Europea y Estados Unidos a Rusia, la debilitaron un poco. En estos años, la emergencia del DAESH impulsó a que ciertos ciudadanos de estos estados se unieran a sus filas y la narrativa rusa cambiaría en una parte. Cabría mencionar que, se produjeron muchas detenciones de trabajadores centro asiáticos dentro de Rusia acusados de conspirar en actos de terrorismo, por ejemplo el caso judicial en curso relacionado con el atentado en el metro de San Petersburgo en 2017.


Ankara les ofreció visados y permisos de trabajo gratuitos y los sacó de Rusia. Esta medida hizo que los trabajadores centro asiáticos estuvieran entre los cinco primeros trabajadores de Turquía. A su vez, Turquía deseaba ganar dominio económico sobre Asia Central, incluso a costa de sí misma. Los trabajadores extranjeros venían a trabajar a Turquía cuando el país tenía 3,8 millones de parados y un 20% de desempleo juvenil. Ankara aceptó a 3.000 inmigrantes de Uzbekistán, un tercio de ellos de forma ilegal.


Tras la caída de la URSS, la expresión y el ejercicio públicos del Islam dejaron de estar prohibidos en las antiguas repúblicas soviéticas. Como resultado, los nuevos gobiernos de Asia Central lograron mantener el control de cualquier aspecto religioso que pudiera convertirse en toda una amenaza y usar la religión para desarrollar una identidad nacional. Turquía era visto como un socio preferente y, Ankara tenía claro que esta región no debía de caer bajo la influencia religiosa de Irán y Arabia Saudí.


Esto se tradujo con la fundación en 1994, con la fundación del Consejo Islámico Euroasiático ("Avrasya Islam Şurası"). Esta rama depende de la organización Diyalnet. Por ejemplo, este organismo construyó las mayores mezquitas en la región. A su vez, la Diyanet turca ha educado a las nuevas élites islámicas mediante la creación de departamentos de teología siguiendo el modelo de la prestigiosa facultad de teología de la Universidad de Mármara. Los imanes turcos son enviados a estos países, aunque en pequeño número y a menudo sólo en el mes de Ramadán, para predicar en las mezquitas de Asia Central y el Cáucaso en cooperación con los líderes religiosos locales.


Otro ejemplo de este poder blando ha sido el establecimiento de la Asociación de Universidades de Asia Central. Esta asociación reúne a las universidades más prestigiosas de la región, junto con las instituciones de educación superior turcas, y la creación de una amplia red de escuelas financiadas por el gobierno turco. Esto ha permitido que los estudiantes de las repúblicas de Asia Central tengan condiciones preferentes para estudiar en ellas.


Por otra parte, Ankara se centra en el aspecto militar. Turquía desempeña un papel especial en Asia Central, siendo el principal socio de los países de esta región en el marco de la Asociación para la Paz de la OTAN. Cabría mencionar que, en 1993, Turquía y Turkmenistán firmaron un acuerdo sobre educación militar, y además de los oficiales militares, los oficiales de las fuerzas de seguridad también recibieron formación en Turquía. Ese mismo año se firmaron acuerdos similares con Uzbekistán y Kirguistán, y en 1994 también con Kazajistán. En 2013 Kazajistán y Turquía iniciaron una producción militar conjunta.


Fuente 2: El presidente de Turquía, Recep Tayip Erdogan y el ex presidente kazajo, Nursultán Nazarbáyev aplaudiendo un acuerdo en cooperación militar en 2020. Recuperado de: https://nordicmonitor.com/2020/05/turkey-kazakhstan-agree-on-military-cooperation-that-covers-military-intelligence-defence-industry-and-joint-projects/


En mayo de 2020, Turquía y Kazajistán se comprometen a cooperar en la industria de la defensa; el intercambio de inteligencia militar; la participación en ejercicios y entrenamientos conjuntos; la cooperación logística, las subvenciones y el apoyo logístico; las comunicaciones, la electrónica, los sistemas de información y la ciberdefensa; las operaciones de mantenimiento de la paz y de ayuda humanitaria; y el intercambio de información y experiencia en materia de protección nuclear, radiológica, biológica y química.


El prestigio de las armas turcas y el interés por ellas creció significativamente tras la guerra entre Azerbaiyán y Armenia a finales de 2020. Entre el 23 y el 25 de noviembre de 2020, una delegación militar de Kazajistán visitó Turquía. Durante la visita, los militares kazajos inspeccionaron aviones no tripulados turcos en una base de la ciudad de Batman, donde tienen su sede los Bayraktar.


En noviembre de 2021, el Presidente del Comité Estatal de Seguridad Nacional de Kirguistán, Kamchybek Tashiev, dijo que Bishkek completaría la adquisición, pero no dio más detalles. Algunos informes sugieren que Bishkek ya ha encargado tres TB2. Kirguistán se convirtió en el primer país de Asia Central en hacerlo.


El resto de los actores en Asia Central también están realizando inversiones en diversos ámbitos, como el: comercio, las materias primas, entre otros. Ankara posee una ventaja con respecto a otros competidores como China. Este ventaja se centra en un legado cultural idéntico y Ankara mantiene una postura neutral sobre el carácter político de estos Estados, excepto en la masacre de Andijian en Uzbekistán en 2005. Asimismo, el papel turco hacia una mayor transición económica en Asia Central ha sido recibida con buenos ojos por la élite política en la región.


Al mismo tiempo, Turquía ha logrado que, Moscú percibe el aumento del compromiso de Turquía como "un mal menor" en comparación con la creciente influencia de Pekín en la región.


En el aspecto económico, el comercio entre ambas partes, mostrado en la Fuente 1 aumentó a lo largo del tiempo. Kazajistán ha sido el país más importante para Turquía. En octubre de 2009, el ex presidente kazajo, Nursultan Nazarbayev, firmó un tratado de asociación estratégica en Turquía. Ankara ha apoyado activamente la candidatura de Kazajistán a la Organización Mundial del Comercio (OMC), así como su deseo de asumir el liderazgo rotatorio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).


Actualmente, la empresa turca TAV Airports es el propietario efectivo de las acciones del aeropuerto de la mayor ciudad de Kazajstán y de las empresas relacionadas que prestan servicios de combustible y restauración.


En Kirguistán, tras los enfrentamientos étnicos en 2010, Turquía proporcionó ayuda humanitaria durante los disturbios y posteriormente prometió 20 millones de dólares para asistencia técnica y proyectos conjuntos. Sin embargo, según un observador turco, algunas protestas en el país se han dirigido directamente a las empresas turcas por considerarlas demasiado cercanas al gobierno. Por ende, Ankara ha jugado un papel cauto y más neutral en este estado.


En Turkmenistán, el Ministerio de Asuntos Exteriores turco declaró que en "2012, las relaciones turco-turcomanas, cobraron un nuevo impulso, han seguido desarrollándose rápidamente con una apretada agenda de visitas de alto nivel".


Recientemente, en 2021, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su homólogo turcomano, Gurbanguly Berdymukhamedov, declararon que ambos estados quieren aumentar su volumen comercial hasta $ 5.000 millones. Para ello, se firmaron acuerdos en materia de bancos centrales, emisiones públicas y agencias de noticias oficiales, la sanidad y la medicina, la educación y la cría de caballos. Las empresas turcas desempeñan un papel importante en la relación, con más de 600 registradas en el país.


Junto a ello, una de las prioridades geoestratégica para Turquía ha sido lograr la independencia energética. Actualmente, Ankara está sujeta una vulnerabilidad debido a una alta dependencia energética y la falta de recursos naturales en su territorio. Durante mucho tiempo, los dos principales exportadores de gas natural a Turquía fueron Rusia e Irán, dos países con los que Turquía tiene aspiraciones regionales competitivas.


En los últimos años, Turquía ha llevado a cabo una política de independencia energética. Durante el primer semestre de 2020, las importaciones de gas natural de Irán y Rusia disminuyeron un 44,8% y un 41,5%, respectivamente, en comparación con el mismo periodo de 2019. Azerbaiyán ha sido un actor clave gracias al gasoducto TANAP.


Sin embargo, Turkmenistán puede jugar una pieza clave en este rompecabezas energético. Ya en diciembre de 2007, Turquía se ofreció a revivir la idea de construir un gasoducto para suministrar gas desde Turkmenistán a través de Irán, según declaró el ex ministro turco de Energía, Hilmi Guler. Esta idea sería abandonada debido a la presión de Rusia, Azerbaiyán e Irán.


No obstante, recientemente, una nueva empresa con sede en Florida espera haber ideado una solución al viejo rompecabezas de cómo transportar el gas natural de las enormes reservas de Turkmenistán a través del Caspio hasta Azerbaiyán y, potencialmente, hasta Europa.


En el plano diplomático, la pieza más imporante ha sido la creación en 2009, del Consejo Túrquico, cinco años después de que Ankara acogiera la cumbre de la OTAN en Estambul. Esta cumbre fue la mayor expansión del bloque militar de la historia.


El Consejo Túrquico contó en sus cuatro miembros: Turquía, Azerbaiyán, Kazajistán y Kirguistán. El 12 de septiembre de 2019, el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Çavuşoğlu, anunció que Uzbekistán había solicitado convertirse en el quinto miembro de la organización, mientras que Turkmenistán está estudiando la posibilidad de presentarse como observador.


Antes de 2020, las cumbres se concentraron en la cooperación en: el comercio, el transporte y las aduanas, la educación y el turismo. En agosto de 2019, los Estados miembros crearon la Cámara de Comercio e Industria Turca en Estambul. Más allá del Consejo Turco, Ankara coordina sus lazos bilaterales con Kazajistán, Kirguistán y, más recientemente, con Uzbekistán a través de los Consejos de Cooperación Estratégica de Alto Nivel, que reúnen periódicamente a jefes de Estado, ministros y burócratas de alto nivel.


Fuente 3: "El presidente de la República de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, recibe la Orden Suprema del Mundo Turco de la Organización de Estados Turcos, el 12 de noviembre de 2021, de manos del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan". Recuperado de: https://www.al-monitor.com/originals/2021/11/erdogan-envisions-alliance-turkic-speaking-states


Se celebró una reunión extraordinaria el 27 de septiembre de 2021 , en Estambul para discutir la situación en Afganistán, tras la vuelta al poder del régimen Talibán en agosto de 2021. En esta reunión las partes acordaron mantener una consulta y coordinación y coordinación en relación con los diversos aspectos y repercusiones de los acontecimientos en Afganistán.


El intento más reciente ha sido con la actual pandemia del SARS-CoV-2, conocida popularmente como COVID-19. La mala gestión de esta pandemia ha causado importantes trastornos económicos y políticos en todo el mundo y en la región. No obstante, al igual que otros actores, Turquía se centra en la "diplomacia sanitaria". Cabría mencionar que, a inicios de agosto de 2020, Ankara anunció el envío de ayuda médica a Kirguistán, Kazajstán y Azerbaiyán. Los artículos regalados incluyen ambulancias, ventiladores, kits de pruebas y otros suministros para ayudar a controlar la propagación del COVID-19 en la región. Al mismo tiempo, Turquía hizo públicos sus paquetes de ayuda a Kazajistán.


Con el paso del tiempo, Turquía se ha convertido en un actor cada vez más importante en la región de Asia Central, gracias al uso del poder blando y militar de manera pragmática. En el aspecto militar, cientos de militares de las repúblicas centroasiáticas han recibido formación en Turquía a través de programas bilaterales de defensa.


No obstante, las relaciones entre Turquía y Asia Central están muy lejos de su promesa original. La relación "no es realmente práctica", afirma Bakyt Beshimov, antiguo político kirguís y analista de las relaciones entre Turquía y Asia Central.


Asimismo, Bershimov declara que el estado de las relaciones actuales con las antiguas repúblicas turcas soviéticas palidece ante el alcance militar de Rusia o, especialmente, la presencia financiera de China. Y esta realidad no cambiará pronto. No obstante, el futuro no está escrito y el tiempo dirá si Ankara sigue ganando influencia en la región o no.


Bibliografía recomendada:

  1. IISS. 2021. Turkey’s Central Asia policy. Disponible en: https://www.iiss.org/publications/strategic-comments/2021/turkey-central-asia-policy

  2. Wheeler, T., 2013. Turkey’s role and interests in Central Asia. Saferworld. Disponible en: https://www.files.ethz.ch/isn/172943/turkeys-role-and-interests-in-central-asia.pdf

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