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Foto del escritorLaura Rodríguez

Ucrania, la eterna disputa

Actualizado: 10 nov 2022

En los últimos meses, las tensiones entre Kiev y Moscú han cobrado el protagonismo en el nivel político, económico y diplomático. En este artículo, se desgranan otros motivos más allá del meramente militar.

"En la guerra, la verdad es la primera víctima", Epilo.


Pese que, Ucrania posee aproximadamente el 5% de los recursos minerales del mundo. Kiev es uno de los países líderes en reservas y extracción de manganeso, hierro y materias primas no metálicas y representa el 1,8% de los depósitos de uranio del mundo.


Asimismo, este estado es comúnmente conocido como el granero de Europa, tiene más de una cuarta parte del chernozem o "tierra negra" (los terrenos agrícolas más fértiles del mundo) a escala global.


No obstante, en los últimos meses, la disputa entre Ucrania y Rusia ha protagonizado programas de televisión de máxima audiencia y ha sido objeto de análisis, estudios y conferencias no sólo en prensa escrita, sino también, por medios de análisis, blogs y think tanks. Al mismo tiempo, este asunto está marcando la agenda diplomática de las principales potencias en el actual tablero geopolítico.


En este artículo, se intentará arrojar un poco de luz sobre este tema tan hablado y discutido, sin analizar claramente el por qué de las tensiones ahora y cuáles son los antecedentes geopolíticos y energéticos que explican toda esta tensión.


El primer imperio histórico ruso fue la Rus de Kiev, fundado por los vikingos y el rey Rurik. En el año 882, hicieron de Kiev la capital del primer reino ruso. Durante los siguientes siglos, Ucrania fue gobernada por Lituania, Polonia, Suecia, los mongoles, el Imperio Otomano y Rusia (la Unión Soviética desde 1917 hasta 1991).


Durante este transcurso de diversos imperios, hay una fecha clave, 1774. Tras una guerra entre el Imperio Otomano y el Ruso, mediante el Tratado de Kucuk Kaynarca, el Kanato de Crimea se independizó y pasaría bajo control de Rusia. No obstante, en 1792, mediante el Tratado de Las, Catalina la Grande disolvió el kanato de Crimea y lo integró en el territorio ruso.


En el siglo XIX, el tablero geopolítico en Europa cambiaría, con el ascenso de Francia, Gran Bretaña, Prusia y Rusia, el imperio austro-húngaro y el Imperio Otomano. Ya a partir del siglo XIX, Ucrania ha sido conocida como el granero de Europa, gracias a sus "tierras negras" (chernozem) y, Ucrania sería objeto de pugna entre las principales potencias europeas.


Entre 1853-1856, comenzaría una guerra por el control de Crimea. Francia, Reino Unido, el Reino de Piamonte apoyaron al Imperio Otomano, contra Rusia y el reino de Grecia. Dos años después, Rusia firmó el Tratado de París. Moscú admitió su derrota y perdería la capital de Crimea, Sebastopol, pero Crimea seguía bajo control ruso.


A principios del siglo XX, tras la Revolución de Febrero de 1917, renacería un movimiento nacionalista a favor de la independencia de Ucrania.


En febrero de 1917, el Parlamento de Kiev (Rada Central) anunció la fundación de un nuevo estado, la República Popular Ucraniana, independiente de Moscú. Así comenzó la guerra bolchevique-ucraniana (1917-1921), entre independentistas ucranianos y bolcheviques por el control del país (un país cuyas fronteras no estaban bien delimitadas).


Entre abril y diciembre de 1918 este joven país pasó a denominarse Hetmanato, y tuvo el apoyo del Imperio austrohúngaro y de Alemania. Durante 1918, tropas leales a la República Popular Ucraniana se hicieron con el control de amplias áreas de la región del Donbás (Donetsk y Luhansk). No obstante, en 1919 estalló un nuevo conflicto, la guerra polaco-soviética, por el control de este territorio. En 1921, Polonia y la Unión Soviética acordaron repartirse Ucrania, que en el lado soviético pasó a llamarse República Socialista Soviética de Ucrania (RSS de Ucrania).

Mapa 1: cambios territoriales en Ucrania durante el siglo XX. Fuente: https://vaventura.com/divulgacion/historia/historia-frontera-ucrania-rusia


A partir de 1922, la agricultura fue sometida a las políticas de colectivización, donde los soviéticos se hicieron con el control de estas tierras privadas para trabajarlas en común y toda la producción fue redistribuida en toda la Unión Soviética.


No obstante, en 1932 y 1933, debido a las condiciones climáticas y la política de Stalin desencadenaron una cruenta hambruna, conocida en ucraniano como "Holomodor". Se estima que entre 3 y 4 millones de ucranianos murieron a causa de la hambruna.


Al mismo tiempo, el movimiento nacional ucraniano se concentraba en las regiones occidentales de la actual Ucrania, que formaría parte de Polonia hasta 1939.


Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), los ucranianos combatieron contra los nazis, pero también se formaron grupos militares que lucharon contra la URSS. En 1944, Stalin expulsó y deportó a los tártaros de Crimea por supuesto colaboracionismo con la Alemania nazi y fueron abolidos como nación por Stalin.


Tras la muerte de Stalin en 1953, Nikita Kruschev se haría con el control de la URSS. En 1954, dentro del 300 aniversario de la adhesión de Ucrania a Rusia, Kruschev transfirió la península de Crimea a la República Socialista Soviética de Ucrania.


En el plano económico, se pueden observar dos tendencias. Por una parte, en la agricultura se restableció el sistema de granjas colectivas y la producción agrícola en 1955, fue inferior a la de 1940. Cabría mencionar que, el número de granjas colectivas en Ucrania aumentó de: 28 mil en 1940 a 33 mil en 1949; el número de granjas estatales apenas aumentó, situándose en 935 en 1950, con 12,1 millones de hectáreas.


Por otra parte, la introducción e implementación del Cuarto Plan Quinquenal en 1946, permitiría duplicar la productividad industrial de Ucrania duplicó su nivel de antes de la guerra, por ejemplo, en 1950 la producción industrial bruta ya había superado los niveles de 1940. Aunque el régimen soviético seguía dando prioridad a la industria pesada sobre la ligera, el sector de la industria ligera también creció. Cabría mencionar que, Kiev se convirtió el mayor productor per cápita de Europa de arrabio y azúcar, y el segundo productor per cápita de acero y de mineral de hierro, y fue el tercer productor per cápita de carbón de Europa.


Durante el período de 1956-72, la sociedad ucraniana vivió un rápido proceso de urbanización y la demanda energética aumentaría considerablemente. Como resultado, el gobierno construyó cinco embalses a lo largo del río Dniéper y en la década de 1970, el gobierno soviético concibió un programa intensivo de energía nuclear.


A partir de los años 1980, la economía se estancaría debido al intenso énfasis de los planificadores en la industria pesada sobre los bienes de consumo.


Junto a este estancamiento económico, en 1977, los científicos soviéticos instalaron cuatro reactores nucleares RBMK en la central nuclear en Chernóbil. Esta localidad se encuentra al sur de la actual frontera entre Ucrania y Bielorrusia. En abril de 1986, se produjo el peor accidente nuclear de la historia en el actual norte de Ucrania, cuando un reactor de una central nuclear en Chernóbil explotó e incendió la central. El incidente, rodeado de secretos, fue un momento decisivo en la Guerra Fría y el desencadenante del fin de la Unión Soviética.


En 1991, Ucrania logra su independencia y Crimea de mayoría rusa, formaría parte del nuevo estado ucraniano. Tras su independencia en 1991, Ucrania era una de las repúblicas soviéticas más pobres, ciertas estadísticas muestran que el PIB per cápita era de sólo $1,307. Junto a ello, desde antes de la independencia, la división entre el oeste y el norte, mayoritariamente de habla ucraniana, y el este y el sur, de habla rusa, ha afectado al porvenir de este estado.

Mapa 2: "porcentaje de la población que identifica el ruso como su lengua materna (censo de 2001). Fuente: https://www.washingtonpost.com/news/worldviews/wp/2014/01/30/9-questions-about-ukraine-you-were-too-embarrassed-to-ask/


Un año después de la independencia se producirían las primeras tensiones territoriales. En 1992, el parlamento ucraniano (la Rada) abolió la Constitución de Crimea de 1992 y en 1998, esta península perdió su autonomía y cualquier legislación del parlamento de Crimea podría ser vetada por la Rada.


Además, en 1998, Kiev y Moscú firmaron un acuerdo de cesión de la base de Sebastopol hasta 2017 con condiciones aceptables para ambas partes. La Flota Soviética del Mar Negro se dividía en dos partes no iguales (80% para Rusia y 20% para Ucrania) a cambio de que Moscú no cuestionase la soberanía de Crimea. Junto a ello, en 1993, en la ciudad de Donetsk, se producirían protestas debido al empeoramiento de las condiciones económicas.


Junto a esta previsión económica, en 1991, Kiev poseía aproximadamente un tercio del arsenal nuclear soviético, el tercero más grande del mundo en ese momento. En 1994, la situación cambiaría con el Memorando de Budapest.


En este documento, Estados Unidos, Rusia y Gran Bretaña se comprometieron a "respetar la independencia y la soberanía y las fronteras existentes de Ucrania" y a "abstenerse de la amenaza o el uso de la fuerza" contra el país. A ello, Kiev renunció a su arsenal nuclear, compuesto por unas 1.900 cabezas nucleares estratégicas.


Al mismo tiempo, durante una reunión en 1990, el entonces secretario de Estado de EE. UU., James A. Baker, dio al antiguo líder soviético Mijail Gorbachov acordaron el estatus de una Alemania reunificada y acordaron que la OTAN no se extendería más allá del territorio de Alemania Oriental. En 1997, se firmó el Acta Fundacional OTAN-Rusia. Este documento es un acuerdo político, donde la OTAN y Rusia no se consideran adversarios.


Antes de la década de los 2000, la inestabilidad política provocó una contracción anual de la economía ucraniana, entre el 9,7% y el 22,7% en 1991-1996. El trueque y el uso de monedas sustitutas y extranjeras prevalecían. Ucrania introdujo una moneda soberana, la hryvnia, pero se utilizaba poco, provocando el aumento de la economía sumergida.


En estos años, las estructuras económicas heredadas de la URSS, personificadas la mayoría en forma de oligarcas. Los oligarcas son antiguos gestores industriales de la etapa soviética que, hicieron fortuna tras la privatización de las industrias en Ucrania. Su riqueza se basaba en una fórmula tradicional y sencilla: convertir la energía y las materias primas baratas en metales y productos manufacturados. Esto provocaría que, en Ucrania no surgieran grandes inversores institucionales o una amplia base de pequeños inversores, al margen de los oligarcas.


Ucrania ha sido un país de tránsito por excelencia gracias a sus puertos en el Mar Negro, sus carreteras y ferrocarriles de este a oeste y sus oleoductos y gasoductos. Los canales de tránsito son necesarios para que Rusia pueda comerciar a nivel internacional, y Ucrania se encuentra en muchos de ellos.


La situación macroeconómica cambiaría a partir del 2000. Entre 2000 y 2007, en Ucrania, se produjo un crecimiento de media del 7,4%. Este fenómeno se debe gracias al incremento del precio de los metales y los productos químicos, y un bajo precio del gas importado de Rusia, junto a la demanda interna: la orientación hacia el consumo, otros cambios estructurales y el desarrollo financiero.


Junto a ello, en el año 2000, la Unión Europea ya era el socio comercial más importante para Ucrania y, en 2009, las economías asiáticas de rápido crecimiento superaron a la UE, siendo los consumidores básicos de los productos metalúrgicos ucranianos.


Sin embargo, a partir de 2004 con la Revolución Naranja, marcaría el inicio de las actuales tensiones. La Revolución Naranja fue una revuelta popular, tras unos comicios donde daban como ganador a Viktor Yanukovich frente a Viktor Yuschenko. Los comicios se repitieron y Viktor Yuschenko los ganaría, con un estrecho margen, palpando la división entre el oeste (más a favor de occidente) y el este (a favor de Rusia).



Inmediatamente, se producirían las primeras tensiones con Rusia, a través del gas. Antes de 2004, Kiev pagaba 50 dólares por 1.000 metros cúbicos, Gazprom quería cobrar 230 dólares. En enero de 2006, Gazprom cortó el suministro, pero lo reanudó un día después. Esto hizo que, Ucrania aceptara un precio de 95 dólares por tcm y la introducción del intermediario RosUkrEnergo, que pronto se convirtió en una fuente de conflicto sobre futuros acuerdos de gas.


En 2009, Gazprom cortó todos los suministros para uso de Ucrania como medida de presión para aumentar el precio del gas. No obstante, Moscú y Kiev garantizaron el tránsito del gas ruso hacia Europa, tras el corte que afectaron a 18 países de Europa. Esto desencadenaría que, se empezaran a buscar alternativas del tránsito de gas hacia Europa.


Cabría mencionar que, en 2010, se construyó el gasoducto Nord Stream y fue inagurado en 2011, por la excanciller alemana, Ángela Merkel y el expresidente ruso, Dimitri Medvev.


Un año después, en 2010, Yanukovich recuperó el poder e intentó mantener un cierto equilibrio, pero se acercó hacia Rusia. No obstante, las tensiones volverían a estallar en 2013. Tras presiones de Rusia, un decreto del Parlamento Ucraniano suspendió la firma del acuerdo de asociación política y comercia entre la UE y Ucrania.


Este alejamiento de Bruselas conduciría en 2013, a desencadenar una serie de protestas, conocidas como “Euromaidán” (revolución de la dignidad). En un primer momento, los primeros manifestantes fuero grupos de estudiantes, asociaciones de toda ideología política y grupos nacionalistas ucranianos de extrema derecha. De estos últimos, su brazo armado terminaría luchando en la región del Donbás.


Estas manifestaciones tumban el gobierno del presidente Yanukovich y le obligan a huir hacia Rusia y se celebran elecciones, donde gana, Petro Poroshenko. Ante estas revueltas, las provincias del Donbás, Crimea y Sebastopol, se producirían levantamientos. Moscú aprovecha la oportunidad para evitar perder su esfera de influencia y envía los conocidos “hombres verdes”. Esto desencadenaría la anexión de Crimea y Sebastopol a Rusia y la escisión mediante referéndum de las repúblicas autónomas de Donetsk y Lugansk (Donbás) de Ucrania y desde 2014, se libra una guerra en la región del Donbás.


En consecuencia, Estados Unidos y la Unión Europea impusieron sanciones a Rusia, apuntando a los bancos de propiedad estatal, imponiendo un embargo de armas y restringiendo las ventas de tecnología sensible y la exportación de equipos para la industria petrolera del país.


Asimismo, como respuesta al movimiento ruso en Crimea, Kiev decidió cortar el suministro de agua a través del Canal de Crimea del Norte (NCC por sus siglas), que lleva agua desde el río Dnipro, a Crimea. Este corte se agravó en 2018, cuando uno de los mayores ríos de Crimea, el Biyuk-Karasu se secó. Esta cuestión ha provocado intensos roces entre Ucrania y Rusia.


Para dirimir las tensiones, se firman los Acuerdos de Minsk (Minsk II). En estos acuerdos hay dos aspectos clave: se ordena un alto al fuego desde 2015 y la creación de una zona de seguridad de 50 km y una reforma constitucional en Ucrania, atajando el estatus de las provincias de Donetsk y Lugansk. Tanto Rusia como Ucrania nunca implementarían este acuerdo.


A partir de 2014, la situación en Ucrania cambiaría. Los sucesivos gobiernos de Ucrania (Poroshenko y Zelensky), se acercarían hacia la Unión Europea y EE.UU. A ello, en marzo de 2014, el 43% de la población de Ucrania no quería la adhesión a la OTAN, en 7 meses, las tornas cambiarían.


Esto mismo pasó con la posible entrada de Ucrania a una unión aduanera con Rusia, Bielorrusia o Kazajistán o a la Unión Europea. Tras las tensiones de 2014, el 59% de la población querría formar parte del club comunitario.


En 2014, la UE y Ucrania celebraron la primera reunión del consejo de asociación, en el marco del nuevo acuerdo de asociación y al año siguiente, se aprobó la agenda de asociación actualizada. Esta agenda es clave para la reforma y la modernización económica en Ucrania.


En 2017, Bruselas y Kiev tomaron otro paso adelante. En verano de 2017, el Consejo de la Unión Europea adoptó una decisión para celebrar el acuerdo de asociación con Ucrania en nombre de la UE. Este fue el último paso del proceso de ratificación, que permitió la plena aplicación del acuerdo a partir del 1 de septiembre de 2017.


A la par, en 2014 y 2015, la Cámara de Representantes y el Senado aprobaron una serie de resoluciones que condenaban la agresión de Rusia en Ucrania y expresaban su apoyo al aumento de la ayuda militar. Durante la administración Trump, se incrementó la asistencia militar, por ejemplo, en 2018, vendió a Ucrania misiles antitanque por valor de 47 millones de dólares.


Uno de los pasos más importantes ha sido con la OTAN. En 2019, entró en vigor una enmienda a la Constitución de Ucrania. Un año después, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, aprobó la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Ucrania, un paso para el desarrollo de la asociación distintiva con la OTAN con el objetivo de ingresar en ella.


No obstante, la economía de Ucrania después de 2014, no se ha recuperado del todo. Cabría mencionar que, según las cifras del Banco Mundial, las llegadas de turistas a Ucrania nunca se han recuperado, reducidas al doble en comparación con lo que solían ser antes de 2014. Las inversiones extranjeras directas, aunque se comportan mejor que el turismo, tampoco se han rejuvenecido desde 2014.


Gráfico 1: "Los conflictos ensombrecen las inversiones, flujo de inversiones extranjeras directas (millones de dólares estadounidenses desde 2011-2020). Fuente: https://www.investmentmonitor.ai/analysis/ukraine-russia-business-impact-investment


En medio de este tablero y situación, entró un nuevo actor, la República Popular de China.


Ucrania comenzó a vender maíz a China en 2013 y en 2019 se había convertido en su mayor proveedor. En 2013, Xi Jinping, lanzó la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI). Inmediatamente, Ucrania adquirió una nueva importancia como centro de tránsito y mercado para las mercancías chinas y, en 2018, Pekín abrió en Kiev un centro de comercio e inversión de la Ruta de la Seda.


Junto a esto, en 2013, China compró hasta 3 millones de hectáreas de tierras agrícolas en Ucrania, una superficie del tamaño de Bélgica. Dos empresas estatales se harán con estas tierras en la región oriental de Dniepropetrovsk para cultivar y criar cerdos para su consumo en el país.

Mapa 4: compra de tierra agrícola en Ucrania por parte de Pekín. Fuente: https://www.businessinsider.com/chinas-disputed-deal-to-farm-5-of-the-ukraine-2013-9


En 2015, se firmó un acuerdo para construir, el Nord Stream 2 entre Gazprom, Royal Dutch Shell, E.ON, OMV y Engie. El Nord Stream 2 es un gasoducto de 1.200 kilómetros bajo el Mar Báltico que conecta Rusia con Alemania y una vía para enviar gas ruso sin pasar por Ucrania o Polonia.


A ello hay que añadir la corrupción en Ucrania. En 2019, según el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, Ucrania se sitúa en el puesto 120 de 182 países, siendo el segundo estado más corrupto de Europa después de Rusia.


No obstante, en 2019, llegaría a la presidencia de Ucrania, Volodymyr Zelensky, donde uno de sus objetivos es la lucha contra la corrupción. En 2019, Zelensky gozaba de un índice de aprobación del 70%. No obstante, a fecha de febrero de 2022, la popularidad de Zelensky se encuentra bajo mínimos.


El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky describió el Nord Stream 2 como "un arma política peligrosa" y Washington llegó a imponer a empresas rusas relacionadas con este gasoducto.


A raíz de la pandemia del SARS-CoV-2, según el Banco Nacional de Ucrania se informó de un descenso del PIB real del 4% en 2020. A ello, la fuga de capitales en Ucrania, en 2020, se cifra en casi $900 millones, según los datos del Informe sobre las Inversiones en el Mundo de la UNCTAD. Ya lleva dos años así. Y está empeorando.


Junto a este fenómeno, muy pocos inversores extranjeros, aparte de los señores de los bonos de activos en dificultades que buscan rendimiento, está considerando Ucrania hoy en día. Mientras tanto, las autoridades ucranianas siguen saboteando el trabajo de los organismos anticorrupción.


Desde finales de 2021, el continente europeo está viviendo una crisis energética y Rusia satisface alrededor del 41% de todo el gas hacia Europa. Al mismo tiempo, Bruselas vive cómo afrontar el Brexit y el fin de la era Merkel.


En septiembre de 2021, Moscú realiza un despliegue militar sin precedentes en la frontera con Ucrania y se tensa la situación todavía más. Al mismo tiempo, Rusia demanda que Ucrania no se una a la OTAN y demandó a occidente a retirar todas las tropas cercanas al territorio ruso.


A partir de enero de 2022, comenzaría una intensa ronda de negociación, entre Rusia y EE.UU. y la cumbre Rusia-OTAN, donde Ucrania nunca estuvo presente. En medio de esta tensión, el presidente ruso, Vladimir Putin, se reunió el 4 de febrero de 2022, con su homólogo chino, Xi Jinping.


En una declaración conjunta, China y Rusia dejaron clara su disconformidad con las acciones de la OTAN y le pidieron que abandone sus deseos de “mayor expansión”, en clara referencia a la tensión con Ucrania. A su vez, Pekín y Moscú firmaron un contrato de 30 años para el suministro de gas a China a través de un nuevo ducto, realizando las ventas en euros.


Al mismo tiempo, Japón, Azerbaiyán y Catar no descartan suministrar gas natural hacia Europa. Japón confirmó que desviará buques con Gas Natural Licuado (GNL por sus siglas) hacia Europa. Junto a ello, EE.UU. ha pedido a Catar y a otros grandes productores de energía que examinen si pueden abastecer a Europa con gas, en caso de mayores tensiones por Ucrania.


En el corto y medio plazo, otros actores como Australia, Argelia, Nigeria, Egipto, Irán o Israel podrían jugar un papel clave en el suministro de gas hacia Europa.


A lo largo del mes de febrero de 2022, estados dentro y fuera de la Unión Europea han recomendado a sus nacionales salir de Ucrania y aerolíneas como KML, Lufthansa han cancelado sus operaciones con Kiev.


No obstante, la tensión adquirió un nuevo nivel. El 21 de febrero de 2022, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el reconocimiento de la independencia de las autoproclamadas República Popular de Donetsk y República Popular de Luhansk, en el este de Ucrania y dando por muerto los Acuerdos de Minsk.


Este movimiento ya ha producido las primeras reacciones. Justo un día después de este reconocimiento tácito, Alemania suspendió la certificación del gasoducto Nord Stream 2. Al mismo tiempo, los 27 miembros de la Unión Europea han acordado por unanimidad un primer conjunto de sanciones contra Rusia por la decisión de Putin.


El todavía primer ministro británico, Boris Johnson, anunció que, Reino Unido impondrá sanciones a cinco bancos rusos (Rossiya Bank, IS Bank, General Bank, Promsvyazbank y el Black Sea Bank) y a tres personas adineradas, fruto de las tensiones en Ucrania.


Junto a Bruselas y Londres, el presidente de EE.UU., Joe Biden, desveló un primer paquete de sanciones a Rusia. Las sanciones afectarán a los bancos rusos VEB y Promsvyazbank y contra la deuda soberana de Rusia. Al mismo tiempo, las medidas también irán dirigidas a las "élites" rusas y a sus familiares.


En las últimas horas, Australia, Canadá y Japón anunciaron sanciones a Rusia. En el caso de Japón, se incluye la prohibición de la emisión de bonos rusos en Japón, la congelación de activos de ciertas figuras rusas y la restricción de los viajes a Japón. Pese que en 2021, Rusia suministró casi una décima parte del GNL a Japón; Kishida descarta un impacto en el suministro energético en Japón a corto plazo.


Japón, Singapur y Taiwán no descartan aplicar controles restrictivos a las exportaciones de Rusia. Susodichos afectarían al sector tecnológico, ya que, estos tres estados asiáticos son importantes productores de semiconductores, chips de ordenador y otras exportaciones tecnológicas de alta gama de las que depende Moscú.


Durante la tarde del 22 de febrero de 2022, el Parlamento ruso (la Duma) aprobó el uso de fuerzas militares rusas fuera del territorio de Rusia. Asimismo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia anunció la evacuación de su personal diplomático de Ucrania.


China sigue muy de cerca lo que está pasando en la frontera ruso-ucraniana y sobre todo, a la reacción y acción de Washington en Ucrania, con miras a un futuro escenario por Taiwán.


Sin embargo, Pekín está calibrando su acercamiento con Moscú. En primer lugar, hay un enlace ferroviario directo y marítimo entre China y Europa, hasta Odesa, sin pasar por territorio ruso, es parte de su estrategia global de la Franja y la Ruta, vista con mucho recelo por Rusia.


China tampoco quiere debilitar a la UE ni en profundizar en un conflicto con ella por Rusia, después de la suspensión indefinida del Acuerdo de Inversiones, firmado en 2020, que a Pekín le interesa recuperar.


En caso de una guerra total de Rusia en Ucrania, China podría lanzar a Moscú un salvavidas: un alivio económico para paliar el efecto de las sanciones estadounidenses. Sin embargo, esto perjudicaría las relaciones de China con Europa, provocaría graves repercusiones de Washington y llevaría a países tradicionalmente no alineados, como la India; y Pekín quiere evitar dañar sus relaciones con Occidente y evitar que EE.UU. gane más aliados en el sudeste asiático.


A ello, no hay que olvidar que, Rusia y Ucrania representan el 29% de las exportaciones mundiales de trigo y las principales regiones ucranianas de cultivo de trigo también se encuentran cerca del territorio controlado por Rusia. En caso de guerra total, esto podría impactar a los estados del Norte de África y Oriente Medio y que otros productores mundiales de trigo ganen mayor cuota de mercado.


Una guerra total también afectaría en menor medida a EE.UU. Pese que, el comercio entre Estados Unidos y Rusia sumó apenas $35.000 millones en 2019, según datos de la Casa Blanca; Moscú fue el tercer mayor proveedor de petróleo extranjero para Estados Unidos en 2020, responsable del 7% del petróleo importado. Rusia también exportó 13.000 millones de dólares en combustibles minerales a los Estados en el año anterior, más de la mitad de todos los bienes enviados a EE.UU.


Los actores más afectados serían la Unión Europea y Ucrania. En primer lugar, el petróleo se acerca a los $100 por barril y el precio del gas natural sigue aumentando. Junto a ello, otras materias primas también han subido, como el aluminio, que se acerca a un récord, y el trigo, que ha alcanzado un máximo de un mes. Esto podría desencadenar que la inflacción aumente, sobre todo en Europa y acelerar una posible subida de los tipos de interés por el BCE para paliar el impacto económico.


Otro aspecto clave sería el alcance de la guerra. En el caso de que Rusia, se hiciera con el control del puerto de Odesa, y la costa que baña el Mar Negro, el golpe para Kiev sería crítico y podría producir un cambio político en Ucrania. Asimismo, Polonia, Hungría y los estados vecinos se preparan anticipadamente para un posible aumento de refugiados desde Ucrania.


El futuro es incierto, pero los siguientes días, semanas y meses serán claves para determinar el futuro de Ucrania y el impacto económico y energético de esta crisis dentro y fuera del territorio ucraniano. Se cuenta que hay una maldición "ojalá que vivas en tiempos interesantes". Estamos viviendo este período, pero sólo el tiempo dirá si esta maldición es una realidad o sólo una frase.


Artículo publicado el 23 de febrero de 2022


Bibliografía recomendada:

  1. Blanchette, J. and Lin, B., 2022. China’s Ukraine Crisis. Foreign Affairs. Disponible en: https://www.foreignaffairs.com/articles/china/2022-02-21/chinas-ukraine-crisis

  2. Friedman, G., 2022. Europe and the Ukraine Crisis. Geopolitical Futures. Disponible en: https://geopoliticalfutures.com/europe-and-the-ukraine-crisis/

  3. Stanovaya, T., 2022. How War Would Change Russia. Carnegie Moscow Center. Disponible en: https://carnegiemoscow.org/commentary/86356

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