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Foto del escritorLaura Rodríguez

¿Y ahora qué?

Actualizado: 20 oct 2023

Resulta imposible albergar certezas sobre lo sucedido en Rusia el pasado viernes.


En este momento, hay dos grandes teorías entre la comunidad de expertos. Por un lado, quienes sospechan que todo esto no ha sido más que un engaño masivo. Por otro, que los eventos han sido genuinos y sus consecuencias serán profundas. No obstante, las 36h de crisis van a marcar un antes y después en la política interna y la estabilidad interna de Rusia, sobre todo, para Vladimir Putin.


En esta nota, se explicarán varias cuestiones clave: qué es el grupo Wagner y su líder, Yevgeny Prigozhin, por qué ahora y cuáles son las implicaciones tanto para Rusia, como para el resto de actores.


El Grupo Wagner es una organización paramilitar rusa de carácter extraoficial que opera en diferentes regiones del planeta. Se trata de una red de empresas y milicias privadas compuesta por mercenarios que actúan de forma clandestina, ya que, las leyes rusas no permiten este tipo de organismos.


El Grupo Wager fue fundado en 2014, por Dmitri Utkin, antiguo teniente coronel de las fuerzas especiales de la inteligencia rusa. El nombre alude al compositor alemán Richard Wagner, y se cree que Utkin lo eligió por simpatizar con el nazismo. Sin embargo, Yevgeny Prigozhin, ha sido su financiador y el líder de Wagner.


Otro dato a remarcar, Prigozhin, en la década de los 90' montó un negocio de hot-dogs, y después lujoso restaurante al que Vladímir Putin llevaba a invitados de prestigio. Tanto Wagner como Prigozhin empezaron a actuar desde 2014, primero en Ucrania, apoyando al ejército ruso y a las milicias prorrusas en Crimea y en el Donbás.


Con el paso del tiempo, este grupo ha ido expandiéndose por otros estados, por ejemplo, en 2015, aterrizó en Siria para respaldar a las tropas rusas en la guerra civil. Su propósito era garantizar el acceso al petróleo y al gas para el régimen de Bashar al Asad.



Su presencia se ha confirmado en al menos once países, la mayoría en África. El Kremlin ha penetrado en Mali, Sudán o Mozambique mediante acuerdos de seguridad entre la compañía y sus Gobiernos. Wagner también ofrece asistencia y entrenamiento a las tropas locales, a cambio del acceso a las reservas de oro y metales preciosos.


Por un lado, Wagner se ha convertido en una pieza clave, para el Kremlin. Por otro lado, Prigozhin ha creado una red de contactos dentro del ejército, las fuerzas de seguridad y dentro de la élite gobernante rusa. Cabría mencionar, que Prigozhin trabajó con el general ruso, Surovikin, en Siria.


No obstante, este grupo cobraría aún más relevancia, con el estallido de la guerra en Ucrania en 2022. Durante meses, Prigozhin, recorrió distintas prisiones rusas, reclutando a 1.000 convictos para luchar en Ucrania.


Ante los fuertes reveses del Ejército ruso en Ucrania y las grandes pérdidas humanas, el grupo Wagner ha jugado un papel destacado para al avance de Rusia en Ucrania, sobre todo, en Soledar y en la ciudad de Bajmut.


A medida que Wagner ganaba más protagonismo, las pugnas entre Prigozhin y el Ministerio de Defensa de Rusia, liderado por Sergei Shoigu han ido en aumento. El pasado 14 de enero de 2023, el ministerio reclamó la captura de la ciudad ucraniana de Soledar, pero si mencionar el rol de Wagner en su conquista.


Durante estos pasados meses, Prigozhin ha aparecido en vídeos frente a cadáveres de sus soldados, y tras la retirada de las fuerzas de Wagner en la ciudad de Bajmut, también ha seguido criticando al Ministerio de Defensa de Rusia y criticando a las élites rusas. Además, Prigozhin, ha sido crítico con la guerra en Ucrania. Es importante aclarar que, Prigozhin, no critica la guerra, sino el fracaso de Rusia en esta guerra, para ocupar una posición en la opinión pública rusa, de un hombre que luchó lealmente por Rusia y obtuvo una victoria significativa.


El antecedente que desencadenaría el motín el 23-24 de junio, fue una orden del ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigu, de que cualquier destacamento de voluntarios debe integrarse al Ejército ruso y, por tanto, firmar contratos con la cartera para legalizar su situación antes del 1 de julio.


Sin embargo, Prigozhin no se mostró nada de acuerdo y aseguró que sus hombres no firmarán «jamás». Prigozhin buscaba de esta manera que Vladimir Putin se implicara personalmente y tomara medidas contra el mando del ejército.


El motín empezó la noche del viernes 23 de junio, cuando el grupo de mercenarios Wagner, acusó al ejército ruso de haberles bombardeado en Ucrania, y Prigozhin anunció una "Marcha por la Justicia", no con el objetivo de derrocar al presidente ruso, Vladimir Putin.


En pocas horas, miles de mercenarios del grupo Wagner, comandados por Yevgueni Prizoghin, tomaban la localidad fronteriza rusa de Rostov del Don sin apenas resistencia. Además, algunos rusos estaban eufóricos y la mayoría parecía apática. Lo que no se veía era a nadie en ninguna ciudad rusa expresando espontáneamente su apoyo personal a Putin.


Esta falta de resistencia marca que las fuerzas de seguridad rusas no estaban dispuestas a unirse a él, pero tampoco a detenerlo. Esto mostraría, según, Mark Galeotti, una demostración real de la debilidad del Estado ruso, sobre todo, de Vladimir Putin.


A medida que Wagner avanzaba hacia Moscú, Vladimir Putin, anunció en un mensaje a la nación consecuencias terribles para los traidores y prometió aplastar lo que calificó como "un motín armado". A su vez, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) abrió un caso criminal contra Prigozhin por "provocar un alzamiento armado".


Cuando las filas de Wagner estaban a menos de 500km de la capital de Rusia, Moscú, se negoció un principio de acuerdo entre el Kremlin y el grupo Wagner, con la mediación del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko. En este acuerdo:


  1. Las fuerzas de Wagner que no se unieron a lo que Putin había calificado de "rebelión" no serán procesadas y se unirán al Ministerio de Defensa ruso.

  2. El líder de los mercenarios rusos, Yevgeny Prigozhin, se exiliaría en Bielorrusia.

  3. Los miembros del Grupo Wagner aceptaron trasladarse a Bielorrusia, en donde no podrán ser encausados por esta rebelión iniciada desde el pasado viernes.

  4. Las autoridades rusas también retirarían una causa penal contra su fuerza mercenaria Wagner.

Tras esta aparente vuelta a la calma, las repercusiones de esta crisis seguirán latentes con el paso del tiempo. La primera y más importante es que, suceda lo que suceda en los próximos días, la figura de Putin sale inevitablemente debilitada de esta crisis.


Su régimen se ha construido sobre 3 pilares. El primero de ellos, la premisa de la fortaleza e infalibilidad entorno a su figura. El segundo de ellos reside en las grandes cantidades de dinero para tapar cualquier problema y el control del aparato de seguridad. Sobre el último, el respaldo del aparato de seguridad. Pero si algo ha quedado de manifiesto en las últimas veinticuatro horas es que su control, quedando claro a ojos de todo el mundo.


Es importante recordar que esta crisis se produce un año antes de la celebración de elecciones presidenciales en Rusia. Putin se enfrenta ahora a una mala elección entre la tolerancia y las purgas. Si tolera la rebelión, parecerá débil. Si purga su régimen, se arriesga a otra rebelión.


En Rusia se rumorea que Sergei Shoigu, el ministro de defensa, fue el principal objetivo de Prigozhin, se verá obligado a dimitir tras ser acusado de algún tipo de corrupción. Hay informes de que Prigozhin tenía motivos para preocuparse por la vida de los miembros de su propia familia y la de otros dirigentes de Wagner.


El 1 de julio, Wagner iba a dejar de existir como entidad separada, al menos formalmente hablando. Como todos los ejércitos privados, debía subordinarse al Ministerio de Defensa, es decir, a Shoigu. Esto ayuda a explicar, creo, el momento del motín. Si Wagner dejaba de funcionar como antes, Prigozhin habría perdido mucho dinero.


La división en Rusia era real, y probablemente perdurará. Putin es reacio a la nueva movilización que reclaman los generales porque sabe que habría una reacción popular masiva. Es importante recalcar que, gran parte de la identidad política de Putin se envuelve en la idea de que él es un hombre fuerte que sabe cómo defender Rusia.


A ello, otra de las grandes pesadillas de Putin es la implosión de Rusia y su fragmentación territorial. Las regiones no están buscando separarse y el aparato estatal sigue siendo bastante fuerte. El Estado burocrático funciona.


A corto plazo, la lucha interna por el poder irá incrementándose, ya que este motín ha deslegitimado la figura del presidente ruso, Putin. Putin tendrá que reevaluar la situación y posiblemente aplicar cambios institucionales y de personal. Es posible que cuestione la supervisión del F.S.B., servicios secretos rusos y realizará una purga entre los altos mandos a la hora de apoyar públicamente al Estado y condenar a Prigozhin, y a las élites que huyeron precipitadamente de Moscú.


Cuando se intenta generar un sistema sin política, cualquier política se siente como un desafío a la legitimidad del Estado. Un sistema construido sobre la gestión de rivalidades empieza a parecer frágil cuando los rivales son ruidosos y van armados. La historia nunca se repite, pero de vez en cuando rima.


Bibliografía recomendada:


  1. Díaz Villanueva, F. (2023) Putin, Prisionero de la Historia, Vozpópuli. Disponible en: https://www.vozpopuli.com/opinion/putin-prisionero-historia.html

  2. Pedro, N. de (2023) ¿Qué ha pasado en rusia y cuál es la situación de putin hoy?, El Español. Disponible en: https://www.elespanol.com/opinion/tribunas/20230625/pasado-rusia-situacion-putin-hoy/774292564_12.html

  3. SNYDER, T. (2023) ‘Prigozhin’s March on Moscow (corrected)’, Thinking About, 26 June. Disponible en: https://snyder.substack.com/p/prigozhins-march-on-moscow?r=f9j4c&utm_campaign=post&utm_medium=web









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